IMPULSO/ Virgilio Tanús
Disculparse públicamente no es suficiente
Nueve años de lucha incansable por parte de los familiares de Jorge Antonio Mercado Alonso y Javier Francisco Arredondo Verdugo finalmente lograron obtener una Disculpa Pública por parte del Estado Mexicano. No es sólo una aceptación del error cometido por parte del Estado, sino que implica un reconocimiento de inocencia a favor de los dos jóvenes.
Lo anterior toma fuerza a partir de la reforma constitucional en Derechos Humanos de 2011. La Corte Interamericana de los Derechos Humanos, ha establecido en sus resoluciones que la Disculpa Pública debe ser efectuada por las autoridades nacionales, y que no pueden tener un nivel inferior al de un Subsecretario de Estado, en un evento público en donde se da un reconocimiento de responsabilidad por parte del Estado, y que deben participar el Poder Judicial, Secretaría de Gobernación, y Secretaría de Relaciones Exteriores. Sin embargo, ¡un Usted disculpe! ¿Logrará reparar el daño causado? Por supuesto que no. Eso es demagogia pura. Lo que se debe lograr es modificar la actuación del Gobierno y evitar que hechos tan lamentables como éstos puedan repetirse.
La muerte de personas siempre es indignante, y más aún cuando se trata de mexicanos inocentes, jóvenes, decentes, extraordinarios estudiantes, y con un futuro promisorio. Jamás es deseable que en medio de un enfrentamiento entre cuerpos militares y grupos delictivos mueran civiles. Sin embargo, lo que es inadmisible es que dichos cuerpos militares pretendan justificar su ineficiencia alterando la escena de los hechos, y aparentando que dichos jóvenes formaban parte del grupo delictivo. Es un insulto a ambas familias y a todo México.
Son innumerables los delitos cometidos por estas autoridades en agravio de estos dos jóvenes, sus familias, y la sociedad en general. A saber, dos homicidios, ejercicio ilícito del servicio público, abuso de autoridad, delitos contra la administración de justicia, falsedad en declaraciones, encubrimiento, entre otros. No habría pena de prisión suficiente para reparar el daño.
¿Por qué se causó la muerte de personas inocentes?, ¿Qué es lo que falló? Claramente la falla estuvo de origen en la labor de inteligencia. Una eficiente actuación militar permitiría lograr la detención de personas sin necesidad de disparar una sola bala. Ofrecer una Disculpa Pública; construir un monumento en memoria de los caídos por una guerra absurda; ponerle a vialidades importantes los nombres de algunas víctimas; la entrega de un cheque; sirven de muy poco.
En los últimos años hemos observado otras disculpas públicas en favor de diversas personas por errores ya sea Judiciales o del Poder Ejecutivo. Un ejemplo son las mujeres de origen indígena Jacinta Francisco, Teresa González y Alberta Alcántara, ¿Cuántas disculpas más veremos durante los próximos años?; ¿En el tema de los 43 desaparecidos en Ayotzinapa?; ¿derrumbe en el socavón en Morelos?; ¿miles de personas en CDMX, Morelos y puebla que aún no han recuperado sus viviendas desde el sismo de 2017?; No queremos más disculpas públicas, y menos cuando son ofrecidas por quienes integran un Gobierno distinto del culpable. Lo que se exige es un Estado Mexicano eficiente en todas sus áreas de intervención en la vida pública para evitar que sigan ocurriendo tragedias, que se traducen en injusticias para las víctimas y sus familias, y un absoluto calvario para finalmente obtener una Disculpa, sin que el Estado realmente corrija su error.