IMPULSO/ Miguel Á. García
Toluca
Señalamientos como “mujer sucia”, “exhibicionista” o la demanda para que dejen de alimentar a sus hijos son prejuicios que en pleno siglo 21 prevalecen en los espacios públicos mediante conductas discriminatorias y machistas hacia mujeres que deciden amamantar a sus hijos en esta esfera social.
En el marco del mes de la Lactancia Materna: América Luna, especialista en tenas de género, violencia y políticas públicas de la Universidad Autónoma del Estado de México, argumenta que este tipo de conductas sociales han permitido en las últimas décadas el crecimiento exponencial de la alimentación en mamilas y con leche en polvo o de formula supuestamente con vitaminas.
“La industria de la leche en polvo también provoca que las mujeres abandonen la lactancia materna; además, sostuvo, algunas empresas e incluso, personal del sector salud, contribuyen a que se incrementen estos índices, esto pese a que la leche en polvo acarrea problemas de nutrición y representa un gasto excesivo para las familias, mientras que la lactancia materna es gratis”.
Explica que esto sólo debe verse como conductas discriminatorias hacia las mujeres reflejo de una sociedad patriarcal mexicana como la nuestra.
“Estas acciones se incrementan con la proliferación de publicidad en la que se reitera “la condición subordinada de las mujeres, en la que se destaca que sólo están destinadas a la maternidad o a las labores del hogar”.
En contraparte, reprocha, existe un doble discurso, que genera que las mujeres dejen de amamantar en público, pero a través de los medios de comunicación y redes sociales se propaga que utilicen escotes o se operen para aumentar el busto.
“La lactancia está relacionada de forma directa con una adecuada nutrición para los recién nacidos y la generación de anticuerpos, pero también comprende un componente emocional sobresaliente, ya que se genera una estrecha relación con la madre”. AMERICA LUNA Especialista
