IMPULSO/ Raúl Garrido
Sin garra
Si por algo te caracterizaste como jugador fue por tu garra, tu entrega, tus ganas, corrías para un lado y para el otro, chocabas sin temor alguno y siempre buscabas el balón. Tu portentoso físico te ayudaba a ir por todas las pelotas posibles, cercanas o no a tu posición, siempre estabas dispuesto a jugártela hasta conseguirla. Lo mismo anotabas o ponías una asistencia que recuperabas el balón o realizabas una jugada defensiva.
Esa garra, tu equipo no la tiene, Paco, lejos han quedado esos días en que te volviste el pulmón de los Pumas. Hace seis años que los del pedregal fueron campeones venciendo al Morelia, final en la que marcaste dos goles, uno en cada juego, el primero fue un golazo de media distancia y en casa lo hiciste desde la vía de los once pasos. Ese equipo tenía garra, esa garra que tú contagiabas con tu fuerza, ímpetu y ganas de jugar, esa garra propia de los Pumas que te adoptaron como si fueras uno de sus hijos consentidos.
Ahora, no eres el pulmón sino la cabeza, eres la mente y debes actuar como tal. Ya no es tan fácil contagiar las ganas de pelear todos los balones, la forma de atacar y defender con actitud y entusiasmo. Sin los pantalones cortos, es más difícil que los jugadores entiendan lo que pretendes hacer. Sí, sí, está claro que la posesión es importante para ti, pero qué pasa con la verticalidad, el ataque, los disparos de media distancia, los centros y sobre todo esa generación de peligro que debe estar latente cada 10 o 12 minutos, por mucho. Los Pumas juegan bien por momentos, pero carecen de ataque, pese a que Nico Castillo es, por mucho, el mejor delantero centro que tiene la Liga Mx.
Los jugadores se están desesperando. Por momentos el grueso del equipo se ve confundido, cansado mentalmente y desgastado físicamente. Gallardo luce fundido, pese a que no ataca y sólo se dedica a defender. Está amarrado atrás, cuando es un jugador que puede ponerle medio gol a Nico Castillo sin problema alguno. Mientras que el “Avión” Calderón luce perdido por todo el campo. El exToluca no se haya en la cancha, no se adapta y no ataca ni defiende. Ha tenido mucho crédito con Paco Palencia, pues hace tiempo que debería estar sentado en la banca, junto a Mauro Formica y Joffre Guerrón.
Los cambios son para componer. Cuando el equipo no responde, hay que buscar soluciones en la banca, pero contigo no ocurre así. Discúlpame Paco pero el martes sacas a Figueroa, el único jugador que está generando peligro y dándole balones a Nico Castillo; mientras en el medio campo, Abraham González, Marcelo Díaz y David Cabrera se hacen bolas porque chocan y no se acomodan a jugar juntos. Quizá el cambio debió ser por el español o en su defecto por Cabrera que tenía una amarilla.
En fin, esperemos, por el bien del futbol mexicano, volver a ver a unos Pumas con garra, actitud y ganas de jugar al futbol. Hay que trabajar mucho en defensa, y también en el medio campo, para que Castillo pueda seguir marcando. Los que saben de futbol te entienden, Paco, pero hay un sector de la afición que no lo ve así.