IMPULSO/Raúl Garrido
Heredero
Seguridad, fuerza y conocimiento, tu constancia, calidad y elegancia dentro del terreno de juego te han mantenido en europa y te han dado el mando de la zaga mexicana. Parece que fue ayer cuando las lágrimas caían por tu rostro tras haber perdido esa final en Cancún. Claro, siempre has sido un ganador, un par de años antes, habías levantado la Copa del Mundo junto a Carlos, Vela y Giovani dos Santos. Aquel Mundial juvenil de 2005 en Perú que tanto te hizo brillar, pero también consolidar.
Sólo tenías 14 años cuando fracasaste con el Atlas, estuviste seis meses, no jugaste y al final tuviste que regresar a Culiacán. Tu decepción eran tan grande como tu corazón. Gracias a tu progenitora, seguiste pateando el balón, fue ella, hincha de Pumas, quien te animó a seguir. Cuando Memo Vázquez padre te vio en la final de la Copa Nike, no dudó en llevarte al cuadro del Pedregal. Estuviste dos años, seis meses fuiste titular con el Tuca Ferretti y lograste el subcampeonato de la Liga Mx. Tu historia apenas comenzaba.
Cuando se anunció tu fichaje por el AZ Alkmaar, a pedido de Louis Van Gaal, todos sabíamos que crecerías mucho como futbolista. De inmediato demostraste tu calidad dentro del terreno de juego. Parece fácil, pero son pocos los jugadores que pueden salir con la pelota en los pies, conducir, dar un pase correcto o cambiar de juego a veinte o tres metros de distancia, tú eres uno de ellos, eres el armador del equipo.
Van Gaal no sólo tenía seguridad contigo en la defensa, también aportabas goles. ¿Recuerdes el que le hiciste al Feyenoord en la jornada 22 de la temporada 2009-10? Fue al minuto 87 en su campo, en la tierra del autor de “Elogio de la locura”. Le diste los tres puntos a tu equipo. Siete goles marcaste en los cuatro años que estuviste en Alkmaar, además de ganar la Eredivisie y la Supercopa de Holanda.
Se habló mucho de dar un salto en tu carrera tras tu consolidación en Europa, te ponían en Inglaterra o Italia, pero finalmente llegaste a Catalunya para disputar la Liga Española. Déjame decirte que para mí no es la mejor liga del mundo, como aseguran algunos puristas proespañoles, pero sí es más competitiva que la neerlandesa. Además, enfrentar a Cristiano Ronaldo y a Lionel Messi es motivante para cualquier defensa top como tú lo eres, siempre te hará crecer, nunca te achicaste.
Creciste tanto que el Espanyol te quedó corto, Héctor, llegaste a Brasil convertido en un gigante, heredero natural de Rafa Márquez en la Selección por tu técnica y seguridad. No decepcionaste, todo lo contrario, el mundo te volteó a ver. Diste un Mundial exquisito, defendiste al TRI hasta el final, lo cual te costó una lesión en un mano a mano contra Van Persie y Robben.
Manchester United, Barcelona y los equipos de Milano preguntaban por tus servicios, la lesión te costó seis meses de inactividad y las negociaciones se vinieron abajo, pero no fue tu fin, Héctor. Regresaste mejor que nunca, más fuerte, tanto que por fin emigraste del Espanyol. Volviste a los Países Bajos para jugar con un grande de Europa: el PSV. Allí, junto a Andrés Guardado, fuiste campeón en tu primer año, brillando por tu calidad futbolística y los cuatro goles que marcaste en todo el torneo, un plus.
Con la Selección, ganaste la Copa Oro en 2011, el boleto para la Copa Confederaciones. Como vieja “Loba” de mar, la Roma se avivó y te fichó antes de que el mundo ponga los ojos en ti. Llegas a Italia, cuna de los mejores defensores del mundo, escenario perfecto para un jugador de tu altura. Vas a jugar Champions League la siguiente temporada y tendrás la obligación de parar a Dybala, Higuaín, Mandzukic, Icardi, Belotti, Dzeko, Mertens, Immobile, entre otros artilleros del Calcio.
No tengo duda alguna de que eres el heredero de Rafa Márquez, eres tú quien tiene el mando de la Selección; confío en que hagas un buen papel con el Tri en Copa Confederaciones. Déjame decirte que, por el presente futbolístico que vives, lo harás muy bien. De Roma, parliamo presto.