El 21 de enero, transmite valores, historia y diferentes lenguas, por lo que se le reconoce como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad
Impulso/Redacción
Este 21 de enero, en México y en los países donde suenan las notas de la música vernácula mexicana, se celebra el Día Internacional del Mariachi. El Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura destaca la conmemoración de este género musical que es Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
En 2004, el gremio de los músicos decidió dedicar un día en especial —el 21 de enero— para reconocer las interpretaciones del mariachi como una expresión artística que transmite valores y fomenta el respeto hacia el patrimonio cultural.
Este tipo de agrupación ha incursionado en todos los ámbitos de la música, ya que interpretan obras clásicas (como el Mariachi Vargas de Tecalitlán y el Mariachi México, con vastos repertorios), por lo que ocupa un lugar importante en la música de concierto.
Silvestre Revueltas, Manuel M. Ponce, Blas Galindo y José Pablo Moncayo, entre otros destacados directores de orquesta y compositores, incorporaron rasgos de la música del mariachi en sus obras, como Sones de mariachi y el tradicional Huapango, entre muchas otras piezas emblemáticas que han sido interpretadas por la Orquesta Sinfónica Nacional y llevadas a la escena por el Ballet Folklórico de Amalia Hernández en el Palacio de Bellas Artes.
Patrimonio intangible
El 27 de noviembre de 2011, durante la sexta reunión del Comité Intergubernamental para la Salvaguarda del Patrimonio Inmaterial, celebrada en Bali, Indonesia, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencias y la Cultura (UNESCO) reconoció al mariachi y sus expresiones como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.
En esa ocasión, la UNESCO calificó la interpretación con mariachi como “una música tradicional y un elemento fundamental de la cultura mexicana, a través de la cual se transmiten valores, patrimonio, historia y diferentes lenguas indígenas”. Reconoció además las composiciones de este género, al mariachi mismo, su vestimenta y accesorios, como “ícono mundial” y un “orgullo nacional”.
La música de este tipo de agrupación y sus expresiones tienen una larga trayectoria en México, pero en cuanto al origen de la palabra mariachi existen varias versiones. Una la remite al vocablo francés mariage (matrimonio), pues se dice que durante la ocupación francesa, en Jalisco, se contrataban músicos para amenizar las bodas. Otros dicen que el mariachi se gestó en la música popular y en los artistas de la entonces Nueva Galicia, hoy Guadalajara, Jalisco.
Símbolo musical
Su vasto repertorio abarca canciones de las diferentes regiones de México; jarabes, minués, polkas, valonas, chotis, valses, serenatas, corridos y canciones tradicionales de la vida rural.
La influencia musical del mariachi ha trascendido fronteras, por lo que es común escucharlo en diferentes regiones de Estados Unidos, Venezuela, Colombia, El Salvador, Italia, Francia y Japón, inclusive en Las Antillas y en África, donde se han integrado este tipo de agrupaciones con sus propios ciudadanos.
Aunque en la actualidad existen centros de formación especializada, como la Escuela de Mariachi Ollin Yoliztli en la Plaza Garibaldi, el aprendizaje de oído es el principal medio de transmisión de la música de mariachi tradicional y las competencias técnicas se enseñan de padres a hijos.
A pesar de que los instrumentos que conforman un mariachi pueden variar, según el tamaño de la agrupación, siempre hay guitarrón, vihuela, guitarra y algún violín. Los conjuntos más grandes incluyen metales, cuerdas en varias tonalidades y, en ocasiones, arpa.
La indumentaria se ha convertido igualmente en un ícono mundial. Está inspirada en la ropa que usaban los campesinos con adornos de vestimenta española, espuelas en los botines y sombreros largos, pantalones con botones o seguros de plata, corbata de moño y chaqueta.
La influencia musical del mariachi ha trascendido fronteras, por lo que es común escucharlo en diferentes regiones.