Cuando las familias de Temascalcingo buscan que Dios -señor del agua- les asegure más lluvias para su ciclo agrícola, la localidad envejece. Sin excepción, grandes y chicos se convierten en los también conocidos como Xita de Corpus para rezar por la fertilidad de sus tierras durante el Jueves de Corpus Christi.
Cada jueves de Corpus, mazahuas y otomíes ven sus rostros envejecer con ixtle, maguey y barro, se preparan para ir a la Iglesia de San Miguel Arcángel pues unen tradiciones indígenas y religión, haciendo una perfecta representación del sincretismo.
Tras cumplir con su fe, devotos salen a caminar por las calles de Temascalcingo, donde los Xita de Corpu, también conocidos reinan y gritan, espantan a las malas vibras, a la peste, danzan, cada moviendo de los pies es pedir por una gota de lluvia así que no se cansan y se mueven todo lo que pueden.
“Es muy bonito participar, es rendirle tributo a nuestros viejos, a nosotros mismos, porque nuestras raíces nunca deben ser olvidadas, aquí gritamos para espantar las malas vibras, pero hoy también grito para que nunca le demos la espalda a lo que nos distingue de todo el mundo, nuestra identidad”, comentó Diego, quien desde los 6 años lleva participando en la travesía de los Viejos de Corpus.
Con máscaras que hacen con pencas de maguey, barro e hilos de ixtle durante meses para poder salir a gritar y danzar. Gritan por las calles para ahuyentar a los malos espíritus al tiempo en que los que van liderando la procesión peleando con el Diablo, representado por un toro, y los grandes abuelos van custodiando el altar de la Virgen de Guadalupe.
La fiesta dura en promedio nueve horas, van danzando, luchando contra el mal, esperando que su tierra sea fértil y que sus creencias aseguren las lluvias para el ciclo agrícola.
Al terminar con el ritual, regresan a sus comunidades, la noche está cerca y con ella, la espera de un año para poder regresar a las calles de la cabecera municipal de Temascalcingo. Las tradiciones se respetan, los tiempos marcarán su regreso.
Este jueves 16 de junio, la tradición histórica, cultural y artesanal de los Xitas corpus o viejos de corpus de Temascalcingo, fue nombrado patrimonio inmaterial del estado de México”. Con ello, se respalda que esta costumbre pertenece a este municipio mexiquense, pues su origen era reclamado por diferentes estados de la república mexicana.
Elevar esta tradición a patrimonio significa reconocer su importancia, darle difusión y mantenerla lo más intacta posible por mucho más tiempo, para preservar la danza mazahua y otomí.
Los Xitas nacieron en 1913, luego los habitantes de Temascalcingo se reunieron para pedir auxilio celestial por un temblor que sacudió a la zona en 1912 y se con manantiales que provocaron que se perdiera la cosecha.
