IMPULSO/ Agencia SUN
Ciudad de México
La calificadora estadounidense Fitch Ratings advirtió que el bajo crecimiento económico de México es un factor que contribuye al desafío de la estabilización de la deuda. Los compromisos financieros del gobierno han sido uno de los indicadores que las calificadoras tienen en la mira para mantener o degradar la nota crediticia del país.
En un análisis, Fitch reconoció que el crecimiento del Producto Interno Bruto del país es una debilidad de la calificación, porque su expansión promedio ha sido de 2.5% en los últimos cinco años. México tiene una calificación BBB, de acuerdo con los estándares de Fitch, pero el desempeño económico del país está por debajo de lo que presentan otros países que se encuentran en esa nota crediticia.
“El crecimiento [de Mexico] es de alrededor de 2.5%, más débil que la mediana de la categoría BBB, lo que ha contribuido al aumento de la carga de la deuda pública, junto con los déficit primarios continuos, la depreciación del peso y emisiones de bonos de las empresas del Estado como Pemex y CFE”, dijo. Fitch dijo que el gobierno respondió a la creciente carga de la deuda consolidando sus cuentas fiscales y mejorando su transparencia.
Un factor adicional a las evaluaciones que considera la calificadora está relacionada a cuestiones políticas, donde enfatizó que ha crecido la incertidumbre por la pérdida de popularidad del presidente Enrique Peña Nieto, el débil crecimiento y las elecciones en 2018. “Fitch continuará monitoreando cómo el ciclo electoral afecta las políticas económicas antes y después de las elecciones”, destacó.
Palomea acción de Banxico. La firma estadounidense reconoció la reciente acción del Banco de México de incrementar la tasa de referencia de 5.75% a 6.25%, lo que consideró como parte de políticas disciplinadas que anclan la estabilidad macroeconómica.
“El aumento de la tasa de interés de México resalta la respuesta proactiva de las autoridades a la debilidad del peso y a la volatilidad relacionada a la nueva administración de Estados Unidos”, dijo. Destacó que la decisión busca contener las presiones inflacionarias y tener mejores perspectivas para su anclaje.
Con la acción del 9 de febrero, el banco central mexicano reporta un incremento de 325 puntos base desde noviembre de 2015. “El último aumento se produjo después de que la inflación de los precios al consumidor subió a 4.78% interanual en enero, debido a los mayores precios de los combustibles como parte de la liberalización energética, aunque también reflejó la depreciación del peso”, añadió.
Insistió que la nueva administración estadounidense va a agregar incertidumbre y riesgos para el crecimiento, siendo México uno de los países que pueden resultar más afectados.
