Noviembre 17, 2024
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Despertar después de la larga noche neoliberal

IMPULSO/Manuel Bartlett

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El presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, presentó el Programa Nacional de Electricidad, en Chiapas; frente a trabajadores de la CFE, se dirigió a toda la nación: “Iniciando la Cuarta Transformación de la vida pública del país… se decidió dar a conocer aquí los lineamientos de la política de generación de energía eléctrica… esta Transformación significa dar por terminado el periodo neoliberal, no solo por razones políticas o ideológicas sino… por juicio práctico, ese modelo no dio buenos resultados… solo benefició a una minoría… Lo extraordinario es que los neoliberales no hayan podido privatizar las 60 hidroeléctricas, las líneas de transmisión de la CFE, que son de la nación… ¿Cuál es la propuesta para genera más energía eléctrica?… acabar con la corrupción e impunidad porque el neoliberalismo significó un programa de desmantelamientos de la CFE, de cerrar las plantas públicas para darle preferencia a las empresas extranjeras que venden la energía eléctrica a la CFE. Ese es el meollo de todo el asunto, quedarse con el mercado… en 1992 empezaron a entregar las concesiones a empresas particulares. Éramos entonces autosuficientes y ahora se tiene que comprar la mitad de la electricidad a precios elevadísimos. Todo esto lo tenemos que revisar. Muchos piensan que el subsidio es para el consumidor… ¡pero no!, se está subsidiando a las empresas particulares… eso se va a terminar”. Continuó: “No vamos a poder revertir en el corto plazo este grave problema de dependencia de comprar la energía eléctrica… pero tenemos un plan para ir hacia la autosuficiencia… y en el camino se va generando la competencia para que… se les diga nos tiene que bajar los precios, los consumidores van a ganar”. Puntualizó: “Vamos a potenciar, a modernizar estas plantas hidroeléctricas, que todas las plantas de la CFE operen a toda su capacidad y frenar el desmantelamiento de la CFE… También… que quienes se encargan de la distribución de la energía, actúen con rectitud, porque se les está dando más oportunidad a los privados… Vamos a fortalecer a esta gran empresa, la CFE, por el bien del pueblo, de sus trabajadores, por el bien de México.

De inmediato la reacción de comentaristas: “El vuelco que plantea el nuevo gobierno… asegura que la tensión con la iniciativa privada se mantendrá alta. Muchas empresas privadas se habrían quedado con una doble interrogación pintada en la frente al escuchar…. Que con inversión pública producirá su propia electricidad y freneará la compra a terceros”; “ha comenzado una contrarreforma energética… lo anticipa el discurso antagónico del presidente contra el neoliberalismo y la reforma energética”. Otros repiten la retórica neoliberal del fin de las ideologías: “prevalece un criterio político tradicionalista sobre el rigor económico al promover hidroeléctricas… ubican la ideología en el centro de sus políticas energéticas… no está en sintonía con la globalización, que es hacia donde se inclina el péndulo ideológico hoy día en el mundo… Convendría conciliar y motivar el esfuerzo de las empresas del sector privado”. Un grupo preocupadísimo por el problema inevitable —así lo plantean— de los gasoductos: “Los empresarios hicieron cortocircuito al escuchar hablar de gasoductos”; aun con “el galimatías de los gasoductos”, “no podemos darle la espalda al gas”; “la realidad… es que dicha red de gasoductos, con todo y sus problemas, —dicen— le evitó a México una severa crisis energética”; “…estamos condenados a seguir importando gas para la CFE”.

La propuesta presidencial de fortalecer la CFE por “el bien del pueblo, de México”, no gustó a comentaristas y sectores interesados en que continúe el desmantelamiento de la misma. El discurso del Presidente impulsa el despertar después de la larga noche neoliberal.

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