IMPULSO/Arturo Albíter Mtz
Se le vienen tiempos agitados al rector de la UAEM
Cuando salió de la Primera Regiduría de Metepec el polémico Jair Montalvo y tomó su lugar Manuel Guzmán, se esperaba que las cosas mejoraran de inmediato y así fue, se nota un cambio radical tanto en la atención como en las actividades que debe realizar un funcionario integrante del Ayuntamiento.
Aunque es de llamar la atención que Manuel Guzmán hace sus actividades prácticamente solo, ya que todo parece indicar que el personal de apoyo se dedica a otras cosas, menos a realizar su labor en la Primera Regiduría.
Como era de esperarse, Jair Montalvo hizo todo lo posible para que, a su salida, el equipo de trabajo que lo acompañaba desde que llegó al Ayuntamiento se mantuviera en la nómina.
Lamentablemente, eso no tiene nada que ver con el hecho de que quisiera apoyar a los que fueron sus empleados, lo hizo con toda la intención de que estuvieran listos para cuando los necesitara una vez que fuera candidato del Partido Verde para la Alcaldía de Metepec.
La necesidad de contar con personal pagado y de confianza, sumado a que las encuestas lo ponen lejos de las candidatas más reconocidas, en este caso, Gabriela Gamboa y Carolina Monroy, ha provocado que, sin importar que ya no sea su jefe, se los lleve para apoyarlo.
Seguramente, el presidente municipal David López hará algo para evitar que se presenten este tipo de acciones o al menos que las instancias correspondientes verifiquen que ese personal haga el trabajo por el cual les pagan.
A final de cuentas, la labor que hace Manuel Guzmán alejado de la polémica como su antecesor, más dedicado a resolver las acciones que se le presentan, sólo sirve para mejorar la imagen del Ayuntamiento y le resulta un buen apoyo al Edil, ya que vienen tiempos en los que una buena imagen del Presidente será indispensable para ayudar a la candidata del Tricolor.
Se le vienen tiempos agitados al rector de la UAEM, Alfredo Barrera
Muchos temas en la Universidad Autónoma del Estado de México han causado polémica últimamente, así hemos tocado reiteradamente el de la Universiada, la supuesta limitación de recursos económicos, el cambio en la reglamentación de los beneficios a los trabajadores, los escándalos por servicios prestados, etc.
Pero la reforma a la Ley de la Universidad es algo que, si no toman en serio, se les va a desbordar y en la pasada administración ya recibieron una probadita de lo que pueden hacer los estudiantes cuando sienten que están pasando sobre sus derechos.
Sin analizar a fondo el proyecto para modificar la ley, eso lo haré cuando termine de hablar con expertos en la materia, sólo nos llama la atención que ya existen grupos organizados de estudiantes, que dan a conocer en redes sociales su preocupación por lo que está pasando.
Ésta es una fuerte llamada de atención a las autoridades universitarias. Se sabe que el rector Alfredo Barrera se mantiene en una burbuja en la que no permite las críticas y tampoco escucha el descontento.
El grupo “Reivindicación Universitaria” subió a las redes un video de poco más de un minuto y medio de duración, en el que explican lo que pasa en torno a la reforma.
Estudiantes de diferentes facultades comentan de inicio que “en la UAEMex se anda diciendo que […] se pretende reformar la ley de la universidad”. Explican que el proyecto pretende modificar la ley que rige la esencia y fin de la máxima casa de estudios, pero califican al ejercicio como ilegítimo porque no surge de toda la comunidad.
Expresan que proponen, entre otras cosas, ampliar el periodo de rectoría a seis años, que la iniciativa privada invierta en la institución sin una regulación clara, de igual forma, afirman no haber visto acciones contundentes al tratar hechos de corrupción y desvío de recursos. “No existe transparencia, ni rendición de cuentas”. La autonomía les preocupa, lo mismo que los procesos para elegir autoridades, que son poco transparentes.
Lanzan una seria acusación cuando dicen que las autoridades han afirmado que no están obligados a escuchar la voz de la comunidad universitaria. Y lo peor es que quieren aprobar dicha reforma antes de que terminen las elecciones locales.
Sería gravísimo que sigan con oídos sordos, son advertencias muy claras de que, si mantienen su postura intransigente, Alfredo Barrera puede enfrentar el enojo de los estudiantes. Sólo eso le falta cuando todavía no llega ni a la mitad de su primer año como rector.