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Desde las Alturas

IMPULSO/ Arturo Albíter Martínez
En un año, a Maribel Cervantes, titular de Seguridad en la entidad se le nota cansada y en la glosa por el informe de Gobierno los diputados de Morena pidieron su renuncia con una manta en el pleno.
Dejó de lado a la funcionaria carismática y ahora no se salió de las cifras del informe, sin importar que en el fondo su mensaje pareciera contradictorio.
Enorme diferencia entre la secretaria de Seguridad, Maribel Cervantes que se presentó ante los diputados el año pasado, a la que vimos ayer y es que todo parece indicar que el desgaste a la que se ha sometido la tienen con mucha presión.

Hace un año, Maribel Cervantes llegó ante los legisladores sin miedo y les habló de frente, en la columna Desde las Alturas de aquella ocasión anoté que “no se puso nerviosa a pesar de ser la primera vez que enfrentaba al pleno, tampoco tuvo que usar la muletilla de “cada cien mil habitantes”, menos aún se aferró al 12% de disminución de los delitos, por el contrario hizo una autocrítica, se comprometió a transparentar gastos y solicitó un trabajo coordinado con los diputados”

Sin importar que en aquella ocasión los diputados hablaran fuerte, la funcionaria salió adelante, no tuvo reparo en contestar en general lo que le preguntaron y además aceptó el reto que tenía, tampoco se detuvo para poner pretextos.

Eso le valió que saliera como uno de los miembros del gabinete que más confianza había despertado ante los legisladores, pidió un voto de confianza y se lo dieron, nadie se opuso cuando hablaron de un aumento al presupuesto de la dependencia.

Ahora fue todo lo contrario, desde que hizo uso de la palabra al inicio se le notó incómoda y es que era claro que los resultados prometidos un año antes no se habían conseguido.

Los índices delictivos y la percepción acerca de la inseguridad en el Estado de México no se detuvieron, uno de los diputados le recriminó que no se puede hablar incluso que se contuvieron, por el contrario han registrado un aumento.

Incluso uso un dato que ayer comentamos en este espacio y es el que se refiere a la encuesta de victimización y percepción sobre seguridad pública del INEGI, lamentablemente sus asesores no le dijeron como sacarle jugo a dichas cifras.

Es obvio, el dato tenía sus riesgos, pero si se hubiera referido a la tasa de víctimas e incidencia delictiva por cada cien mil habitantes, en cuanto a la disminución en proporción, los resultados le beneficiaban de forma considerable, porque además era una fuente y una encuesta que prácticamente todos usaron.

En el primer caso, la reducción fue del -11.4 por ciento, que fue el mencionado por la funcionaria, pero el segundo ya lo no uso, disminución del -21.2 por ciento en incidencia delictiva.

Pero había un riesgo, ya que si se hablaba del total de víctimas por cada cien mil habitantes en los dos casos aplicaba que el Estado de México es el segundo lugar nacional.

Sin contar con algunos legisladores que carecen de asesores calificados como es el caso de los independientes o del PT, el resto fueron claros en señalar el grave problema por el que atraviesa el Estado de México en cuanto a inseguridad.

Las cifras que ofrecieron basadas principalmente en trabajos del INEGI y del Secretariado Nacional de Seguridad Pública resultaron apabullantes no había respuesta que los convenciera.

Incluso Alberto Couttolenc del Partido Verde fue el primero en subir a la tribuna con argumentos sólidos explicando que seis de los 10 delitos más graves se comenten con mayor frecuencia en el Estado de México, el robo se ha multiplicado exponencialmente desde hace dos sexenios.

Omar Ortega fue más allá y sin más presentó láminas con las fichas de desaparición de niñas y jóvenes, al tiempo que decía sus nombres y exponía que las habían encontrado muertas.

En general entre los temas más mencionados fueron el de la violencia contra las mujeres y el de robo de vehículos precisamente el delito que en el mensaje del informe de labores, el mandatario estatal refirió que había bajado más de 8 por ciento.

Con cifras oficiales le hicieron ver a la funcionaria que a pesar de lo que han hecho e informado, no han encontrado la forma de bajar el porcentaje de delitos de manera importante, sin tomar en cuenta que refirió en repetidas ocasiones que en comparación cuando iniciaron le gestión, la disminución de robo de autos al día llegaba al 50%.

A pesar de los números en cuanto a percepción y en cuanto al índice de delitos que le expusieron en repetidas ocasiones y de diferentes formas, la responsable de la seguridad en la entidad se mantuvo firme en sus notas, se cuadro al mensaje que llevaba y no se salió.

Sin importar que reiteradamente defendió su postura acerca de la labor de inteligencia que realizaba conjuntamente con instancias federales y algunas municipales en el sentido que sabían dónde se comenten los delitos, las horas, las zonas más peligrosas, que tipo de infracción es la más común en los 28 municipios prioritarios.

Pero lo que no preguntaron y que Maribel Cervantes tampoco dijo fue que ¿Cómo es posible que si tienen toda la información y el mapeo, la incidencia delictiva en lugar de disminuir aumente? Quizá sólo tengan la información guardada.

PIDEN SU RENUNCIA

Cuando la encargada de la seguridad estaba por iniciar su última participación, los diputados de Morena, Emiliano Aguirre y Julio Hernández sacaron una enorme pancarta donde pedían que la funcionaria renunciara a su cargo,

“Maribel Cervantes Guerrero renuncia ya, El Estado de México esta bañado en sangre” decía la manta que pusieron en la tribuna, casi de frente a secretaria.

Si el año pasado salió casi entre aplausos, ahora le pidieron la renuncia.

Es claro que no ha sido un año sencillo para la responsable de seguridad, la presión interna que vive en su secretaria, aunado a la escasa coordinación que se observa con la fiscalía y cuerpos de seguridad en los municipios han ocasionado que no se vean resultados en esta área.