IMPULSO/ Agencia SUN
Ciudad de México
Los altos costos que implica acceder al sistema financiero formal y la desconfianza en el sistema bancario son los principales obstáculos que frenan el ahorro de las familias en América Latina y el Caribe, informó el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
“Persiste en América Latina y el Caribe una enorme desconfianza en los bancos y en general el sistema financiero formal. Con la historia de crisis financiera y bancarias que tenemos en la región no es de extrañar que la gente no confíe en el sistema financiero formal”, explicó Eduardo Cavallo, economista del BID.
En ese sentido, explicó que la desconfianza que existe en el sistema financiero formal también tiene que ver la falta de información sobre la operación de los bancos y otras instituciones.
“En países como México y Chile hoy un porcentaje muy alto de la población no entiende conceptos básicos como la tasa de interés o la inflación o cuál es su efecto sobre los retornos a sus ahorros”, explicó.
A la par, existe escasa cobertura de los sistemas de pensiones formales, debido a la geografía de la región así como la inequidad de ingresos en la población, con lo que los principales actores del sector financiero sólo atienden las zonas que representan un negocio para su operación.
Por su parte, Mariano Bosch, especialista de mercados laborales y seguridad social del BID destacó que América Latina y el Caribe no están preparados para enfrentar el reto de tsunami demográfico que se tendrá en la región en las próximas décadas.
“Tenemos que pensar bien cómo se van a reformar los sistemas de pensiones en la región para afrontar el envejecimiento poblacional”, dijo el especialista.
En ese sentido, el BID recalcó que en 2020 se terminará el bono demográfico en América Latina y el Caribe y en 2085 será la región más envejecida del mundo.
Así en 2050 habrá 45 millones de personas mayores de 80 años en la región.
Ante la problemática que enfrentará la región en los próximos años, los especialistas del BID propusieron que el ahorro voluntario sea elevado a política de Estado.
“Así como estamos todos de acuerdo que las políticas de fomento a la educación, a la salud, a la seguridad son políticas de Estados y nadie las discute, es necesario poner a la promoción del ahorro a ese mismo nivel, porque con los desafíos que enfrentamos en América Latina y el Caribe a partir del envejecimiento poblacional y la falta de ahorro, nos enfrentamos a un dilema muy serio. Es una crisis en cierne de la cual tenemos que tomar consciencia”, finalizó.