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Agentes estadounidenses captaron una intensa comunicación entre los jefes de Guerreros Unidos en Chicago y sus elementos en Iguala a partir del día 26 de septiembre de 2014, donde los narcos deliberan qué hacer con los normalistas.

Los jefes de Guerreros Unidos en Chicago conocieron casi al instante lo que ocurría en Iguala el 26 y 27 de septiembre de 2014, donde murieron seis personas y desaparecieron 43 normalistas, de acuerdo con el periódico Reforma.

Los jefes dieron órdenes, pidieron apoyos de policías y autoridades, reclamaron y al final quedaron desconcertados por la situación. Conocieron versiones de 60 desaparecidos, de varios muertos y de un descontrol en las detenciones y ejecuciones.

La historia de lo que ocurrió en Iguala se supo a través de mensajes de Blackberry. Parte de las escuchas corresponden al caso No. 1:14-cr-00705 de la Corte Norte de Illinois donde se acusa a “Silver” (como lo identifica la autoridad judicial estadounidense), Pablo Vega y otros socios de introducir a Chicago grandes cantidades de cocaína y heroína.

Los agentes estadounidenses captaron una intensa comunicación a partir del día 26 y días subsecuentes donde los narcos deliberan qué hacer con los normalistas.

Esta es parte de la conversación entre los jefes de Guerreros Unidos en Chicago y las personas que intervinieron en los hechos ocurridos en Iguala el 27 de septiembre de 2014.

“Silver”, uno de los jefes de Guerreros Unidos y quien presuntamente es testigo protegido, pregunta cómo van las cosas. Un personaje identificado como “Soldado del Amor” responde: “se metieron los contras y hubo un vergasero”.

“Silver” ordena en su respuesta: “ira que hagan una demanda colectiva al gobierno y una marcha con los de transportes”.

“Soldado” le dice que eso ya lo hacen. “Van a tapar todas las entradas”, le dice.

“¿Todavía no hay Marina, ¿verdad? Ira hay una entrada después del tope que viene de Chilpo (Chilpancingo) que la recorran y que ‘El Cholo’ esté alerta y alerte a la gente”, ordena “Silver” desde Chicago.

“El Cholo” es Alejandro Palacios, un operador de Guerreros Unidos.

Dos horas después “Silver” recibe otro reporte ahora de un personaje identificado como “Aníbal”.

“Solo que llevaban 60 paquetes ya guardados (en referencia a personas detenidas-desaparecidas) y otros con San Pedro (asesinados) de aquellos y solo heridos de este lado incluyendo la sirvienta de ‘El Oso’”.

Heroína a Chicago, hipótesis del móvil

En septiembre de 2015, uno de los aspectos que los expertos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) señalaron es que se debe establecer qué papel jugaron esa noche la Policía Federal y el Ejército, que estuvieron al tanto de los movimientos de los estudiantes pero no intervinieron para frenar un ataque masivo contra los jóvenes desarmados, en pleno centro de la ciudad.

Incluso señalaron que una patrulla de policías federales detuvo uno de los cinco autobuses en los que se desplazaron los estudiantes por distintos puntos de Iguala.

“Este informe proporciona una acusación totalmente condenatoria al manejo de México de la peor atrocidad de los derechos humanos en la historia reciente”, opinó José Vivanco, director de Human Rights Watch, en un comunicado.

Por otra parte, el GIEI señaló que el Gobierno emitió confusos reportes acerca del quinto autobús en el que viajaban los estudiantes y que podría haber contenido drogas o dinero del cártel Guerreros Unidos, que opera en la zona y habría tratado de recuperarlo en complicidad con fuerzas de seguridad.

Y pidió a la Procuraduría General de la República (PGR, o fiscalía federal), que ahonde en la investigación de este punto, basado en que Guerreros Unidos utiliza autobuses para trasladar heroína a Chicago, uno de sus principales mercados.

Los expertos realizaron decenas de entrevistas con detenidos, sobrevivientes y testigos, pero no se les permitió hablar con militares que estuvieron presentes esa noche en distintos puntos de Iguala. FORBES