IMPULSO/ Agencia SUN
Ciudad de México
Dos empresas productoras de aceite de palma africana, una extranjera y una mexicana, provocan contaminación en los municipios de Marqués de Comillas y Benemérito de las Américas, en la Selva Lacandona, alertó el obispo Felipe Arizmendi Esquivel.
En una reciente vista a la parroquia de José y María, el sacerdote señalo que algunos fieles católicos “me plantearon la situación que están viviendo a raíz de la intensiva plantación de palma africana y, sobre todo, de la extracción de su aceite, por parte de dos empresas asentadas en ese territorio, una de capital nacional y otra extranjera”.
Recordó que hasta en los años 60 del siglo pasado, esas tierras eran selváticas, pero los campesinos que llegaron de varias partes del país talaron los árboles tropicales, con la intención de sembrar maíz y frijol y sobrevivir en esa región ubicada al oriente de Chiapas.
Pero con el tiempo se percataron que estas tierras no son buenas para maíz y frijol, pues son semipantanosas y arenosas, por lo que optaron por meter ganado vacuno, pero son pocos los que se dedican a ello.
“Los que dejaron la ganadería, dejaron abandonadas sus tierras y fue entonces que llegó el programa de plantar palma africana, “con la promesa de que obtendrían más ganancia que si sembraran maíz.
“Ahora en la Selva, se han sembrado en forma extensiva, tierras con palma africana, que ya producen frutos y los campesinos que “antes nada recibían por sus tierras improductivas, ahora están recibiendo alguna ganancia”.
“Hasta aquí, pareciera que todo era bueno y provechoso”, aseguró el obispo, pero ahora “advierten que dicha palma daña mucho la tierra”.
Las dos fábricas productoras de aceite contaminan las tierras y las aguas y el olor de los residuos “es insoportable”.
Esto ha provocado la presencia de moscas, “que están dañando a las personas y al ganado; con el bagazo o desperdicio de las pencas del fruto de la palma, están contaminando los ríos o arroyos que pasan por ahí, matando peces y otras especies”.
Los campesinos de esos municipios, temen que vaya a ocurrir una catástrofe como la que pasó en Sayaxché, Petén, Guatemala, donde la gente ha padecido tumores y ronchas en la piel de las personas, por la presencia de fábricas productoras de aceite de palma africana.
Además, en esa zona guatemalteca colindante con Benemérito de las Américas y Marqués de Comillas, se han contaminado los ríos y arroyos que pasan por ahí, matando peces y otras especies.
“Me dicen que en dicha comunidad guatemalteca se ha contaminado el río La Pasión, matando 20 especies de peces y dañando todo el ecosistema”, dice el obispo Arizmendi Esquivel.
Por todo esto, el prelado asegura que “hay que luchar, siempre en forma pacífica, por defender la madre tierra, la vida y la salud. Esto no es meterse en políticas ajenas a nuestro ministerio pastoral, sino que es ser responsables de la vida digna de nuestros pueblos y del cuidado de la tierra que Dios nos dio”.