Once casas serán demolidas en donde ocurrió el desgajamiento de una parte del cerro el Chiquihuite.
David Esquivel/Tlalnepantla
Once casas serán demolidas en donde ocurrió el desgajamiento de una parte del cerro el Chiquihuite el 10 de septiembre; mientras que a 205 familias se les avisó que no deben regresar a su hogar por el peligro que corren de habitar 178 viviendas cercanas al cerro.
Centro Nacional de Desastres (Cenapred) por su parte, declaró zona de alto riesgo el lugar y en el Diario Oficial de la Federación publicó la “Declaratoria de Emergencia Extraordinaria”, lo que le permite al municipio acceder a recursos económicos para atender la necesidades primarias de la población.
De acuerdo con lo dado a conocer por el alcalde Raciel Pérez Cruz, este jueves fue publicada la mencionada “Declaratoria de Emergencia Extraordinaria”, que se da debido a la “presencia de la amenaza natural de movimiento de la ladera del cerro Chiquihuite”, consideración que se sustenta en estudios que hizo la “Cenapred. La declaratoria fue suscrita por Laura Vázquez Alzúa, coordinadora Nacional de Protección Civil.
El “Programa para la Atención de Emergencias por Amenazas Naturales” permite a las autoridades municipales contar con recursos para atender las necesidades alimenticias, de abrigo y de salud de la población afectada”.
Por su parte, el comité de coordinación, integrado por autoridades de los tres niveles de gobierno, confirmaron que suman 205 las familias residentes de 178 casas que deben ser desalojadas, debido a que se ubican dentro del polígono de influencia de alto riesgo de derrumbes del mencionado cerro; acordó demoler once casas debido a los dañas estructurales que presentan y son cuatro viviendas fueron reducidas a escombros por el alud de rocas.
En una de las casas que aplastó el roca vivían Daniela y sus hijos Jorge Dilan y Mía Mayrin, quienes fallecieron dentro del inmueble durante el desprendimiento de rocas; mientras que su marido salvo la vida porque andaba trabajando.
Las familias que han sido desalojadas corren peligro porque, de acuerdo con el análisis del Cenapred, la ladera oriental del cerro tiene una altura de 70 metros en su parte más alta y registra fracturas sub-verticales. Presenta bloques rocosos con separación importante “que podrían poner en riesgo a los habitantes de la ladera de 300 metros de longitud.
Autoridades que resguardan la zona permitieron a familias subir camionetas de mudanzas en la parte baja del cerro donde ocurrió el desastre.
Por lo menos 300 familias serán reubicadas a otra zona menos peligrosa.