Diciembre 24, 2024
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De Judas chiquitos y dominguerías…

IMPULSO/ Paloma Cuevas / Paloma Querida

#AbraPalabra

 El sincretismo cultural se encuentra presente en nuestras tradiciones, resulta innegable la presencia de elementos prehispánicos y la consecuente aceptación de elementos novohispanos, así como la apropiación de costumbres y conductas relacionadas con los conquistadores. Lo que se ve no se juzga y para muestra un botón: La realización cada año durante la Semana Santa de Judas de tamaño monumental que se presentan por iniciativa del Mtro. Luis Nishizawa en un concurso iniciado en el año de 1994, con la intención de recuperar esta costumbre que había sido abandonada en 1968.

Veintiseis años después, por alguna razón – que desconozco – el Mtro. Luis Nishizawa Flores decidió retomar esta costumbre, la cual consiste en la realización de figuras monumentales de cartonería, utilizando para ello cartón, engrudo, bejucos, pintura y demás elementos tradicionales, para la creación de monstruosas creaturas que representan al “traidor” del Nuevo Testamento el célebremente infame Judas Iscariote, por quien reciben su nombre y son quemados para beneplácito de la población el Sábado de Gloria.

De esta manera y a manera de moraleja edificante “el bien triunfa sobre el mal” y queda de manifiesto el gusto por las virtudes y el rechazo a todo lo que corrompa al alma y al espíritu.

Desde hace más de dos décadas esta reapropiación de la tradición fue apoyada primeramente por el ahora extinto Instituto Mexiquense de Cultura y desde su reciente creación la Secretaría de Cultura y Deporte del Estado de México ha hecho lo propio.

Este año ha sido distinto, pues por los trabajos de remodelación del Museo Taller Nishizawa los Judas han tenido que ser huéspedes distinguidos del Museo del Alfeñique que ha abierto gustosamente sus puertas de la mano del equipo de la Dirección de Cultura de Toluca, generando además recorridos nocturnos para que los más de 159 participantes pudieran ser apreciados por la población antes de que los 30 seleccionados como ganadores del concurso pudieran ser inmolados en la quema, que dicho sea de paso rememora a los sacrificios de la época prehispánica, ¿qué mayor honor que morir sacrificado para los dioses? Lo mismo ocurre aquí- guardadas las proporciones, por supuesto – el mayor reconocimiento es ver arder la obra artesanal.

El Museo del Alfeñique ha tenido el tino de realizar un taller de decoración de Judas para niños convirtiendo en una experiencia significativa y divertida a las tradiciones que día con día conviven con nosotros, de esta forma la cultura se vive, se practica y se respira.

Ustedes, ¿qué opinan?

@PalomaCuevasR