Octubre 5, 2024
Clima
15°c Máxima
15°c Mínima

De adicto a adicto

IMPULSO/  Ernesto Salayandia García

Hablando de mí

Juro que no vuelvo a tomar

Muchas veces, principalmente cuando amanecía con una cruda física y moral, espantosa, con la insoportable repugnancia al cigarro después de haber fumado como chacuaco, me decía una y otra vez, más cuando estaba incado en el escusado vomitando.- Juro que no vuelvo a tomar.

Lo juro, no me vuelvo a emborrachar, yo no sabía que el alcoholismo y la drogadicción, son progresivos, incurables, mortales, es decir, de por vida, que mi problema, no es solo las sustancias tóxicas, sino toda la complejidad de mi enfermedad, que es física, mental, emocional, espiritual y de la personalidad, por ello, tenía semanas de abstinencia, dejaba de consumir, incluso duré más de un año sin meterme nada de nada.

Pero mis días eran de humor negro, mal y de malas, mi ansiedad la llenaba con comida, dulces o con adrenalina en el juego, en el sexo, me ganaba la pereza, caí en depresión y tarde que temprano me daba por anestesiar mis sentimientos, por dormir mis emociones y de nueva cuenta empinaba el codo e inhalaba cocaína como si se fuera a acabar.

No podía, no pude, a pesar de que un  borracho como yo, tiene que tocar fondos y fondos, con altos riesgos, sufrí mis consecuencias y mis pérdidas, el alcohol me robó mi vida, mi salud, dinero, tiempo, me robó mi familia, mi dignidad, imagen, trabajo, y perdí la autoestima, las ganas de vivir, de producir, de convivir, siempre fui el llanero solitario, aislado, tipo raro lleno de pensamientos negativos, y me doy cuenta que por ello, regresaba a consumir, después de un corto o mediano periodo, no salía de la llamada borrachera seca que perfectamente describe el doctor José Antonio Elizondo López.

No lo entendí

Comencé desde muy temprana edad, consumiendo cerveza y sintiendo, desde los 12, 13 años, el síntoma, la sensación que provoca el alcohol en la mente, en el cuerpo, igual, en esa etapa de mi vida, me prendí del cigarro y tardé más de 30 años en quitarme la adicción, tenía mucha resistencia.

Entre mis cuñados, mi hermano y yo, podíamos andar de parranda sin parar por tres días seguidos o más, no sabía que esta enfermedad no es un vicio, es una enfermedad emocional, neurótica, física, mental y espiritual que viene de una generación a otra, que está en los genes y que nací propenso a caer en las garras de La Saliva del Diablo y que caí sin darme cuenta.

Desde que ingerí alcohol, me convertí en drogadicto, la cerveza es una droga, el alcohol es la droga que más muertes causa en el mundo y hay un error garrafal de muchos alcohólicos anónimos que no aceptan que están enfermos, otra tendencia de enfermos son los mariguanos, cocainómanos, heroinómanos, fármacos, cristaleros y otros.

Muchos de esos alcohólicos, se les olvida que también son drogadictos debido a que científicamente, todo lo que entra a tu cuerpo y altera tu sistema central nervioso, es droga, sea café, cerveza o marihuana; yo tuve que vivir mi propia experiencia de muchos años, viviendo en el auto engaño, resistiéndome a pedir ayuda, muchos años sin tener la humildad de reconocer, de aceptar y de rendirme a la enfermedad, me mantuve negado, con un pensamiento cuadrado respecto a mi condición de enfermo.

De cada 10 internos de los anexos, 9 recaen

De igual manera, me he abocado a asesorar a la familia, a gestionarles becas y ayudas en los centros de rehabilitación, y la misma historia comenzó a repetirse, después de los tres meses de internamiento, saliendo vuelven a consumir, otros duran una semana, un mes, pero retomaban la adicción, solo habían ido por obligación.

[email protected]

: Conozco adictos que han acumulado hasta 25 procesos y no se han recuperado, he visto los fondos que han tocado, incluso haber estado en la cárcel.