IMPULSO/Agencia SUN
Ciudad De México
Se acerca el día de las madres y Yuri, conocida por su carácter alegre y bromista, se rompe cuando recuerda a su mamá, Dulce Canseco, con quien no tuvo una relación tan entrañable hasta que ambas sufrieron la muerte de su hermano, Carlos Valenzuela, quien murió atropellado en 2013.
“Mi madre y yo tuvimos una relación tan hermosa desde que murió mi hermano, cuando pierdes familia, cuando hay pérdidas humanas, ahí es cuando tú le preguntas a dios. Nosotros éramos una familia muy desunida, mi hermano se va y a partir de eso tuve una relación espectacular con mi mamá, hablábamos diario, todos los domingos nos íbamos a comer juntas, a la iglesia, yo despedí a mi madre con mucha paz y eso se siente muy bonito”.
Es por ello que la cantante da un consejo a todos aquellos que por cualquier motivo están peleados con sus madres.
“Voy a seguir extrañando a mi mamá porque es muy temprano todavía, este año cumple cuatro años (de muerta) y siempre lo celebraba con ella; ese es un consejo para todos los hijos que están peleados con sus mamás ¡búsquenlas, abrácenlas, perdónenlas!, no hay libros para ser mamás, yo quisiera que dios me prestara un minuto a mi mamá para abrazarla y decirle cuánto la amo. Era su hora, tenía que partir, pero ustedes que tienen a su mamá, por favor ámenla, perdónenla, no le regalen licuadoras, si no tienen dinero para festejarla díganle que la aman, mi hija me dice que me ama y ese es el mejor regalo”.
Aunque ya no está con su mamá, Yuri sigue celebrando esta fecha pero ahora como madre de Camila, que llegó a su vida cuando ella tenía 45 años, de hecho, fue por ella que la cantante acudió ayer como invitada al programa Pequeños Gigantes, ya que es muy fan de Karol Sevilla.
“Los niños nos dan cátedra de cómo vivir, de cómo amar, a cada uno de ellos los admiro y todo eso salió porque mi hija es fanática de Karol, le llamé a Rubén (Galindo, el productor) y él me dijo que se la presentaba pero que yo me mochaba viniendo al programa y yo feliz”, contó.
También confesó que los domingos, cuando veía el programa, le parecía extraño que lloraran tanto, pero este domingo ella tampoco pudo evitarlo. “Estos niños te vienen a dar cátedra de vida”.