Agosto 15, 2024
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Cuentos para Presidentes

El Último Salón de Clases

Rodrigo Sandoval Almazán

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El guía de turistas los llevó a la siguiente sala del recorrido. “Lo que ustedes pueden observar en esta sección es la historia de la educación humana. En este conjunto de imagenes se muestran las llamadas escuelas, esos grandes edificios a donde se reunían los humanos que aprendían y los que enseñaban, en su momento conocidos como alumnos y maestros. Hay de grandes dimensiones y muy pequeñas.

Claro, las pueden comparar con los ancestrales anfiteatros griegos o las pláticas simples que tenían con Aristoteles o Platón debajo de un árbol o de camino a algún sendero. Esos fueron los inicios de la educación: un conjunto de charlas donde transmitían información y ayudaban a desarrollar habilidades como la observación, la reflexión y la meditación. Posteriormente se convirtieron en libros, en una educación sistematizada, síganme por favor, al siguiente espacio, dijo el guía de turistas robotizado.

Aquí se observan los grandes monasterios de la llamada Edad Media, donde se guardaba el conocimiento  en libros hechos a mano, antes de inventar la imprenta, misma que revolucionó la educación al imprimir los libros y hacer público los conocimientos. Antes los tenían sólo unos cuantos. Los escribas o los monjes, pero ello cambió cuando la educación se trasladó a las escuelas que vimos antes.

Los turistas miraban pasmados los libros impresos ahora alojados en vitrinas y otros, muy escasos,  podían tocarse. Siguiendo al robot, llegaron a un espacio central donde se detuvieron a escuchar la explicación. “Lo que pueden observar ahora es lo que fue llamado un salón de clases. Esos objetos son los asientos donde los niños humanos se colocaban por varias horas tanto a escuchar a sus maestros, como practicar la escritura manual. Los objetos que tienen enfrente de formas rectangulares son dos pizarras. La primera de ellas es una pintura especial que permite usarse con una roca llamada gis o tiza, según el idioma, se utilizó por siglos en los salones de clase para escribir y mostrar conocimientos matemáticos, de física, química, etc.

La siguiente sala muestra una replica de un salón de clases en una escuela primaria. El guía robotizado continua su exposición: “En este lugar los niños también practicaron la escritura manual en hojas de papel que venían unidas en lo que se llamó cuadernos…” En eso, un pequeño del grupo levantaba la mano insistentemente para hablar. El robot guía lo notó le hizo un reconocimiento facial  para saber su nombre y le dijo: “Dígame, jovencito Tim, ¿Cuál es su pregunta?

El pequeño de origen asiático caminó hasta el frente del grupo, todos le miraron mientras se dirigía al robot. “Si estaban sentados en esas sillas. ¿Cómo aprendían?” Preguntó con ingenuidad. El robot, cambió su rostro hacia una forma amable, casi compasiva y le respondió: “Muy buena pregunta, hoy la forma de enseñanza es muy diferente, toda la educación es en movimiento, usted visita el museo, pero cientos de niños están haciendo el recorrido tridimensional a través de sus computadoras. Usted, joven Tim, tiene a varios maestros robots y a sus padres, desde casa le están enseñando muchas cosas: convive con la información, la relaciona y la construye en su mente, tan superficial o profundo como lo desee.

En la época de la escuela, los niños recibían la información de manera oral y sólo la que sus maestros les decían, o la que venía en sus libros de texto Aunque todo esto cambió con la pandemia del coronavirus COVID-19, ¿La recuerdan? – dijo mirando al resto del grupo, todos asintieron – fue un año maldito en el que hubo millones de muertes, ello obligó a cambiar la educación hacerla más independiente y utilizando las tecnologías de información y comunicación, como la televisión y el internet. Las clases en línea rompieron el paradigma y cuando terminó la pandemia fue imposible regresar al sistema anterior, muchas escuelas tuvieron que cambiar y la educación sistematizada tradicional cambió a la educación multidimensional y multi-plataforma que tenemos hoy día.

“Entonces, volvió a preguntar el pequeño Tim, ¿Ya no hay más salones de clase como este?” No querido, dijo el guía robot marca Acmex, ahora los salones son virtuales, las salas de clase se encuentran en realidad virtual, y sólo en muy pocas ocasiones tenemos reuniones con estudiantes de manera física. Con la integración mundial, sería imposible. Imagina que quieres conocer a tus amigos de México, Brasil o de la Patagonia, imposible, ellos no pueden viajar hasta tu casa Nueva Inglaterra. Ahora todos estamos conectados, todos nos conocemos.

Uno de los adultos del grupo preguntó: “¿Qué sucedió con aquellos que no tuvieron acceso a la tecnología? ¿No recibieron educación” El robot, parecía programado para dar esa respuesta. “Para nada señor Rodriguez, todos los humanos han tenido contacto con la tecnología ya sea a través de la televisión, el radio o bien usando las redes de internet. Todas las tecnologías han sido el puente para la educación. De una forma u otra, usted puede descargar tanta información como desee e interpretarla a su gusto, por eso, son humanos ¿No es cierto? Son los que nos hicieron. Ustedes hacen la diferencia entre estar informados o ser creadores.

Tim, parecía satisfecho y el guía robótico, continuó el recorrido en el museo internacional de historia humana, atrás se quedaron las mesas, sillas, pizarrones y cuadernos. Tim volteó a ver por última vez aquél salón de clases con cierta nostalgia, se imagino como podría haber sido su vida ahí, nunca lo sabrá, la humanidad, había dado el salto, roto el paradigma y tendría que conformarse con la escuela digital que ahora tenía.