IMPULSO/ Rodrigo Sandoval Almazán
Carta a Santa Claus
Querido Santa:
Nunca te he pedido nada tan importante como esta navidad. Antes te pedía cosas muy tontas: cuando me trajiste aquella patineta que rompí, o cuando me llegaron dulces rancios, pero a pesar de todo, con aquellos regalos, los que me llegaron bien, que fueron muchos, me hiciste muy feliz
Hoy mis deseos son más importantes que nunca antes.
Espero que leas esta carta sentado en el Polo Norte, como dice la leyenda, con tus duendes preparando los regalos para todo el mundo y alistando tu trineo, encabezado por Rodolfo el reno de la nariz roja, que tiene un GPS super avanzado por que conoce todas las casas del mundo e identifica aquellas que son de políticos corruptos de las que no lo son, castiga a los niños que se portaron mal y ayuda a los pobres o los niños enfermos que pasaran esta navidad en las camas de hospital.
Lo primero que quiero que me traigas esta navidad es para México. Muchos te pedirán armas, balas o cañones para aplastar la delincuencia y el narcotráfico que está acabando con mi amado país. Yo no. Yo te quiero pedir que protejas a nuestros policías y detectives, a nuestros jueces y ministerios públicos, a los soldados y a los marinos que tienen grabado en el corazón su lealtad a la patria y que están arriesgando su vida por querer detener a estos maleantes, a pesar de lo que digan sus jefes, a pesar del dinero que les ofrezcan o las amenazas que les hagan. Llévales un chaleco antibalas, anticorrupción y antipolíticos pedantes. Lleva a sus mentes ideas claras para que terminen con este mal que tanto nos duele a todos los que vivimos en las calles de nuestra gran nación.
Lo segundo que quiero pedirte es para los niños mexicanos, sé que es bien difícil, por eso lo pido con un poco de tiempo, para que pienses como hacerlo. Quiero que nos devuelvas la ilusión. Que nos regreses la magia de creer en algo mejor, que regresemos al sueño de que podemos aspirar a un mejor país, a una mejor vida. Por que hoy veo en mi escuela niños tan perdidos en el video juego, consumidos por el teléfono celular, cuyos cerebros se están apagando uno por uno, lentamente, y matando la ilusión por vivir y la alegría de disfrutar nuestro México, sus tradiciones, sus costumbres, nuestro aire, nuestro sol y nuestras nubes. Los veo en cada uno de ellos cuando sus ojos se apagan, al acabarse “los datos” , nadie quiere escuchar de ti o de otras tantas ilusiones, o de tener al menos la esperanza de ser parte de una gran nación, veo como sus corazones y sus rostros se marchitan perdiendo la esperanza en sí mismos, en sus familias y en otro país. Regálanos de nuevo el gusto de soñar.
Sé que ya te he pedido mucho, tal vez demasiado con los dos primeros regalos, pero estoy seguro que eres tan generoso como mi Papá, por eso pido algo más: un regalo enorme. Santa, regala una noche en familia. Vuelve a unir lo que esta disperso, roto. Esta noche buena, cuando abra este regalo maravilloso que tú has preparado para nosotros, nos vas a dar un momento, al menos uno, en que podamos convivir en paz. No como perros y gatos, ni como diputados del congreso federal, sino como seres humanos racionales y amorosos. Este regalo es tal vez el más difícil, yo lo sé, por que tu no tienes la culpa de que se hallan peleado los papás por el dinero que no alcanza, o del tío rico que llega presumiendo su carro último modelo y nueva esposa, o de los abuelos que lo han perdido todo, hasta la vergüenza por querer tener reunidos a sus hijos una vez más en torno a la mesa para escuchar de nuevo sus risas y recordar sus caras de niños cuando celebraron la navidad hace años. Sería un gran regalo Santa, que por un momento, por una vez, estemos esta noche en paz y recordemos que al final todos somos familia.
Y por ultimo quiero que le traigas un regalo al presidente de México. Yo sé que recibirá muchas cosas esta navidad, tantas que ni siquiera podrá abrirlas todas, algunas caras, otras baratas, de seguro su hijo pequeño le dará una carta, mi regalo no tiene precio ni siquiera envoltura, pero me han dicho que tu haces este tipo de regalos. Yo quiero que le regales sabiduría. Una poquita aunque sea, para que sepa distinguir entre el bien y el mal, entre lo corrupto y lo sano, entre lo lógico y lo ilógico, si le dejas caer unas cuantas gotas de sabiduría en su copa esta noche buena, estoy cierto de que tendremos otro país a la vuelta de los años. No es mucho pedir, sólo unas cuantas gotas, porque mucho le puede hacer mal.
Gracias Santa por leer mi carta y por cumplir todos mis deseos este año, no creo que pueda pedirte nada para mí, si me cumples mis regalos anteriores, pero si no fuera mucha molestia, te pido que nunca deje de soñar como niño.
Atentamente
Un niño mexicano.