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Cuentos para Presidentes

IMPULSO/Rodrigo Sandoval Almazán

2038: veinte años después

Un murmullo histórico recorre los pasillos de la escuela de alta administración pública. El profesor emérito Juan Smith dictará otra de sus conferencias magistrales sobre política mexicana.

La sala se encuentra repleta de estudiantes y académicos de todo el planeta. En esta escuela se forman los funcionarios públicos y políticos más eficientes del mundo actual. En el 2038 lograr un puesto para estudiar aquí es una alta distinción que requiere mucho mérito, no palancas, sino esfuerzo e inteligencia.

Juan Smith ha llegado al centro de la sala de conferencias. Se coloca el diminuto micrófono inalámbrico y enciende los monitores tridimensionales en la sala que dejan ver su nombre y el título de la presentación que hoy expondrá: Elecciones presidenciales del 2018. Pero dejemos que sea el profesor quien nos hable de su tema.

“La elección del 01 de Julio del 2018 fué el punto de quiebre del sistema político mexicano. Este momento de inflexión fué producto de muchos errores y de muchas coincidencias. Ya lo he comentado en otra charla, pero el PRI empezó su derrota cuando nombra candidato a un ciudadano, no a un militante. Posteriormente, una campaña política plagada de equivocaciones elementales – y en ese momento aparecen los espectaculares Jose Antonio Meade, algunos videos cortos – un mensaje alejado de la realidad, una estructura electoral desgastada, las llamadas clientelas electorales que le dieron la espalda al candidato y un presidente con la más baja aprobación, fueron los elementos que le llevaron a su peor derrota en la historia”

El PRI, continuó hablando Smith, se enfermó de la ceguera del poder, de la soberbia que nubla criterios y razones. A pesar de tener el poder en varios estados, en el congreso de la unión y en la presidencia. No quiso o no pudo contener el avance de Andrés Manuel López Obrador quien capitalizó el enojo social y el hartazgo contra la corrupción del sistema imperante.”

Las pantallas tridimensionales mostraron discursos del primer presidente mexicano de izquierda en su campaña, luego imágenes de un país coloreado de guinda y gráficas de las encuestas y del resultado final. Los asistentes comentaban sobre la amplísima ventaja que tuvo el líder de Morena y que no se vería en muchos años. La competencia política era una constante en estos años y los triunfos se decidían apenas por unos cuantos puntos.

El profesor Juan Smith señalaba y explicaba las tendencias electorales, los estados donde había triunfado Morena y comenzaba a explicar el voto diferenciado: “cómo se observa en esta gráfica la gente votó por AMLO para presidente, pero para alcalde o para diputado por un partido político distinto; las diferencias son abismales, hay localidades que tienen más de 90 mil votos de diferencia entre uno y otro candidato. Eso habla de una madurez política, de un elector pensante que busca lo mejor para su comunidad y su país”

¿Quiénes votaron por Andrés Manuel López Obrador?

Ahora se han hecho estudios muy detallados sobre el tema y podemos afirmar que las redes sociodigitales ganaron la contienda electoral del 2018. La mayoría de los votantes eran gente de las ciudades, con alto nivel de escolaridad y gran parte de jóvenes, algunos era la primera vez que votaron y otros eran desempleados y sin futuro aparente. Lo importante es que no sólo fueron votos de sillón o de ciber activistas: sino que salieron a votar, llenaron las urnas. Y esa fue la gran diferencia.

El PRI, dice Smith, sólo ganó en cuatro por ciento de las casillas, lo cual significó un cambio brutal en su forma de organización política, ya que perdió las legendarias clientelas, el corporativismo. El voto duro les dió la espalda. El partido no supo o no quiso leer al electorado que se había transformado”

Una pregunta, tronó una voz en la primera fila, me llamo Kim Salinas, dijo la mucha de corte asiático y de tez morena. ¿Cuál ha sido el elemento transformador del electorado mexicano en esa elección? ¿Cual sería la clave?

El profesor Juan Smith se tocaba la barba pensando en su respuesta. “Sin duda alguna la tecnología, señorita Salinas, el tener nuevas tecnologías de información y comunicación permitieron realizar una campaña en lo que se llamó WhatsApp, esa mensajería instantánea y grupal, además de la información de las redes sociodigitales apoyaron la información recibida por esta otra red. Ese conjunto de información-datos-conocimientos determinó el cambio en el electorado. Reforzando su hartazgo, su descontento y encontrando en AMLO el camino para expresarlo en las urnas.

El resto del público observaba las pantallas tridimensionales que complementaban las imágenes del WhatsApp, Twitter, Facebook y YouTube durante la campaña del 2018.

Otra mano se levantaba para preguntar. Brandon López tomaba la palabra: ¿Qué hay de cierto de que hubo una negociación entre Enrique Peña y Andrés Manuel para entregarle la presidencia y pasar a la historia como un presidente demócrata?

El profesor Juan Smith fue a repasar sus notas por unos segundos, antes de responder; el auditorio estaba en silencio, habían leído y escuchado del tema, pero querían su opinión. Por fin encendió su micrófono: “Hay elementos ahora para afirmar que pudo existir semejante acuerdo, pero no podemos alterar la voluntad popular que fué aplastante, aunque se hubiera negociado, no se habría podido cambiar la elección para favorecerlo. Yo creo que la historia ha juzgado a ambos actores por el bien de México y lo que tenemos ahora, veinte años después, es otro país, otro México producto de aquél momento crucial que nos ha definido”

Y entonces aparecieron las imágenes de la toma de protesta, de la nueva constitución, de los decretos firmados y de la transformación del PRI, pero de eso, hablaremos en otra ocasión.