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México
Fallos en las comunicaciones, alteraciones de voltaje, desorientación de algunos animales… esto es lo que ocurre cuando el sol emite la llamarada solar más de potente de la última década.
Ayer se confirmaba lo observado el miércoles pasado: el sol levantó la mayor llamarada solar registrada en la última década, un fenómeno catalogado en la clase X9. Pero lo bueno empieza ahora, porque la llamarada comenzará a afectar a la Tierra durante estos días. ¿A qué nos referimos cuando hablamos de “afectar”? Las comunicaciones, las mediciones y unas bonitas auroras boreales serán la consecuencia de semejante fenómeno.
La mayor llamarada de la década
El ciclo solar debido a la variación de las manchas solares dura unos once años aproximadamente. Este ciclo se encuadra en una etapa de máximo brillo solar, cuando las manchas son más, y un mínimo, cuando casi desaparecen. Durante estos ciclos, que se producen básicamente debido a la dinámica interna del sol (que es como un enorme y poderoso reactor nuclear). Durante dichos ciclos, a veces, estallan llamaradas solares, tormentas que levantan enormes columnas de plasma de la superficie. Estas llamaradas producen lo que se conoce como tormentas solares, que se producen debido al aumento en el viento solar. Este no es otra cosa que un flujo atómico procedente de la corona solar. Las tormentas solares, o geomagnéticas, pueden causar desestabilización en los sistemas radioeléctricos del planeta, entre otras cosas. Pero de eso hablaremos más adelante.
Ahora hablemos de la llamarada solar más grande registrada en esta década, de clase X9.3. Como decíamos, estos ciclos de once años vienen dándose desde 1755, por lo que nos encontramos actualmente en el ciclo solar número 24, que comenzó oficialmente en 2008. Desde 2011 no vivíamos una llamarada tan espectacular, y por aquél entonces sólo alcanzó la clase X6.9. Esta forma de clasificar la emisión de masa coronal, como se denomina en una jerga algo más técnica, hace referencia a los picos de flujo más potentes, denominados por X, y al número, que indica que esta llamarada solar fue 9,3 veces más intensa que una X1. Por debajo de las fluctuaciones X están las letras M, C, B y A.
Esta llamarada ni se acerca a la de clase X40 ocurrida en 2003
Esta X9,3 se detectó el pasado miércoles 6 de septiembre gracias al satélite Solar Dynamics Observatory de la NASA, que observó el aumento repentino del brillo en la superficie del sol. El brillo se produjo en dos tandas, una “pequeña” llamarada de clase X2.2 seguida de una X9.3. Ahora estamos a la espera de que la tormenta llegue a la magnetosfera terrestre, preparándonos para sus consecuencias, para las cuales no estamos del todo preparados. Este fenómeno, por suerte, no alcanza la magnitud del violento evento Carrington, la tormenta solar más potente jamás registrada. Ni tan siquiera se acerca a la clase X20 de 1989 o a la tormenta clase X40 (según se estima ahora) de 2003. Pero eso no quiere decir que no vaya a tener consecuencias, por supuesto.
¿Qué ocurrirá en el planeta Tierra?
En cuestión de tormentas solares, los científicos nunca tienen del todo claro qué puede ocurrir. La Tierra tiene sus propios mecanismos de defensa. Pero estos, aunque protegen a la vida que alberga hasta cierto punto, no son suficiente para defender nuestros delicados ingenios tecnológicos. El viento solar puede ser muy destructivo con nuestros sistemas eléctricos y de comunicación. Así, el Centro de Predicción de Meteorología Espacial prevé una serie de consecuencias posibles catalogadas dentro de una tormenta geomagnética de magnitud G3 (o fuerte). Esta se extenderá a lo largo de casi todo el día de hoy. ¿Qué consecuencias puede tener?
Irregularidades en el voltaje
El paso del viento solar es capaz de generar problemas eléctricos severos. Esto se traduce en fallos en los sistemas que no están adecuadamente protegidos. Este es uno de los principales problemas pues no todos los dispositivos están preparados contra este tipo de eventos. Es más, pocos lo están. Por suerte, muchas de las medidas dispuestas para protegernos contra la electricidad también sirven para proteger los dispositivos contra las fluctuaciones. Aún así, podrían ocurrir variaciones en el voltaje.
Radionavegación defectuosa
Uno de los principales inconvenientes es el Black out que producen las tormentas solares en los sistemas de radiocomunicación. Podremos notarlo en la radio, fallos en el GPS, y en los móviles, entre otros.
Satélites al descubierto
Los afectados más críticos son los satélites, muy expuestos a pesar de estar en órbita LEO. Por suerte, los ingenieros ya prevén este tipo de cosas. Algunos de los problemas que se pueden generar son de índole técnica; pero podrían traducirse en fallos de las comunicaciones más graves. No obstante, esto no suele ocurrir.
Auroras especiales
No es la primera vez que se observan auroras, un fenómeno impresionante, en otras partes del planeta. Esto se debe la interacción de las partículas solares con la magnetosfera terrestre. El aumento del viento solar podría generar una mayor intensidad en las auroras o, incluso, permitir que se aprecien en puntos insospechados.
Efectos biológicos
Cada día entendemos mejor algunos sistemas de navegación biológicos que jamás hubiéramos pensado que existían. Así, la geodetección o la visión del campo magnético terrestre son habilidades que ahora sabemos que tienen algunos animales. Estos sistemas se ven afectados por los efectos de estas tormentas solares. En 2016 aparecieron varados en diversas playas del Mar del Norte veintinueve cachalotes de la especie Physeter macrocephalus. Su muerte es un misterio que podría explicarse por los efectos del viento solar. No es la primera vez que los biólogos juegan con dicha hipótesis, aunque tampoco conocemos todos los efectos de este fenómeno en la vida. HIPERTEXTUAL