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Berlín
Una idea que alguna vez fue inimaginable está captando la atención en los círculos políticos del Viejo Continente: un programa de armamento nuclear de la Unión Europea.
Ante este plan, el arsenal francés podría tener como nuevo propósito proteger al resto de Europa; quedaría a cargo de un comando conjunto o una doctrina de defensa europea. Se aprobaría solo si el continente ya no contara con la protección estadounidense.
A pesar de que con este programa no habría nuevos países en el club de naciones con armamento nuclear, la fuerza militar colectiva de Europa tendría un aumento sin precedentes y habría un rompimiento drástico con el liderazgo estadounidense.
Aunque este debate nunca se lleve a la acción, los analistas señalan que la discusión demuestra que en Europa ha aumentado la creencia de que es necesario tomar medidas drásticas para proteger el orden de la posguerra en la época del presidente Trump, defenderse de una Rusia que resurge y de la posibilidad de una alianza entre estos últimos.
Jana Puglierin, del Consejo Alemán de Relaciones Exteriores, señaló que un puñado de funcionarios europeos experimentados “ciertamente había generado un debate público acerca de este tema, que ha tenido lugar en periódicos y semanarios, entrevistas de radio y documentales televisivos”.
“El hecho de por sí es sorprendente. En verdad estoy perpleja de que siquiera estemos discutiendo esto”.
Un plan B nuclear
Jaroslaw Kaczynski, ex primer ministro de Polonia y actual presidente del partido oficialista Ley y Justicia, lanzó en febrero la petición de mayor nivel para que se creara un programa nuclear de la Unión Europea, al pronunciarse a favor en una entrevista con un periódico alemán.
No obstante, el apoyo más importante ha llegado de parte de Roderich Kiesewetter, un legislador y portavoz para temas de política exterior del partido gobernante en Alemania, quien propuso el tema poco tiempo después de la elección de Trump.
En una entrevista en el Bundestag alemán, Kiesewetter, un coronel retirado, calibró su manera de hablar con cuidado y dio solo los detalles necesarios para demostrar la seriedad de la opción sin ofrecer tanta información como para arriesgarse a que los votantes alemanes protesten o a fomentar la retirada estadounidense, la cual espera evitar.
“Mi idea es empezar a partir del armamento que ya existe en el Reino Unido y Francia”, señaló, pero reconoció que la decisión británica de abandonar la Unión Europea podría descartar su participación.
Estados Unidos tiene varias ojivas nucleares en bases ubicadas en Alemania, Italia, Bélgica y los Países Bajos para facilitar una reacción veloz y como un símbolo de la garantía para proteger al continente. Kiesewetter indicó que su plan sería un remplazo o un programa paralelo.
El legislador alemán señaló que requeriría cuatro ingredientes: un compromiso de Francia para ingresar sus armas a una defensa europea conjunta, el financiamiento alemán para demostrar la naturaleza colectiva del programa, un comando colectivo y un plan para colocar las ojivas francesas en otros países europeos.
La cantidad de ojivas en Europa no aumentaría con este plan e incluso podría disminuir si Estados Unidos retira las suyas.
“No es una cuestión de números”, explicó Kiesewetter. “La calma y la disuasión provienen de la existencia de las armas y de su capacidad de despliegue”.
Kiesewetter concibió un programa diseñado para disuadir tanto amenazas nucleares como armas convencionales: un claro reconocimiento de la superioridad militar de Rusia.
Aseguró que se requeriría una doctrina que permitiera que Europa introduzca armas nucleares a un conflicto no nuclear. Lo comparó con el programa israelí, el cual se cree que da luz verde a un ataque nuclear en caso de sufrir un ataque apabullante con armas convencionales.
“Son armas políticas. Su uso debe ser impredecible”, mencionó. Los poderes nucleares pequeños suelen mantener la imprecisión en los detalles sobre sus medidas para disuadir a adversarios más poderosos.
Kiesewetter agregó que el objetivo sería mantener la defensa de Europa, la cual se percibe como crucial para su unidad interna, así como para su posición diplomática internacional.
Los legisladores alemanes de todo el espectro político están preocupados de que Trump pudiera llegar a un acuerdo con Rusia que excluya a Europa, un primer paso potencial para que Washington y Moscú dicten el futuro del continente. Kiesewetter cree que un programa nuclear podría hacer que Europa mantenga su autonomía.
Un ‘campo político minado’
Más que nada, Kiesewetter aseguró que esperaba persuadir a Trump para que dejara de tener dudas al respecto de los compromisos de seguridad de Estados Unidos con Europa, con lo cual no sería necesario el “plan b” nuclear.
Por ahora, la intención de Kiesewetter solo es “activar un debate” para tratar “este problema gigante y silencioso”.
Ha funcionado. Un contingente pequeño pero cada vez mayor de analistas y comentaristas alemanes han apoyado las versiones acerca de un programa nuclear europeo. Kiesewetter dijo que ha habido interés por parte de funcionarios polacos y húngaros, así como dentro de ministerios alemanes y en la sede de la OTAN, aunque no dio detalles.
Sin embargo, cualquier programa nuclear europeo enfrentaría enormes obstáculos.
“El público se opone totalmente”, señaló Puglierin, del Consejo Alemán de Relaciones Exteriores, en referencia al sentimiento antinuclear que hay en Alemania, el cual ha culminado en ocasiones con protestas a nivel nacional en contra de este armamento.
En términos prácticos, el plan cambiaría la bandera de disuasión nuclear de Europa: de Estados Unidos a Francia. No obstante, eso podría significar que una retirada estadounidense del continente –si llega a darse– sea más permanente.
Oliver Thränert, un analista alemán que trabaja para el Center for Security Studies, con sede en Suiza, advirtió en un análisis que cualquier plan “no solo sería caro, sino también un campo político minado lleno de consecuencias políticas potenciales no deseadas”.
El reto más grande podría ser el control del arsenal francés, así como su ubicación.
En la actualidad, Estados Unidos comparte ojivas con aliados como Alemania, cuyos ejércitos están equipados para lanzar las armas, con lo cual se garantizaría la credibilidad del programa como una defensa paneuropea.
Sin embargo, Francia no se ha mostrado dispuesta a compartir su armamento, mucho menos a ponerlo bajo las órdenes de un comando europeo conjunto. Si París tiene la palabra final sobre el uso de las armas, podría provocar que un adversario dude si Francia realmente iniciaría un conflicto nuclear para proteger, digamos, a Estonia.
Francia y ‘una responsabilidad especial’
Ya ha habido propuestas similares, entre ellas la del gobierno francés, y siempre han sido rechazadas por ser políticamente riesgosas y estratégicamente innecesarias. No obstante, al parecer este cálculo podría cambiar con Trump, señaló Bruno Tertrais, de la Fundación para la investigación estratégica en Paris.
“Ya hay un poco más de interés en Berlín y en París”, indicó Tertrais, aunque enfatizó que este debate podría convertirse en acción solo si hubiera una “gran falta de confianza en el manto protector estadounidense”.
Sin embargo, advirtió que es muy poco probable que se dé un comando europeo conjunto o un plan de financiamiento. El gobierno francés insistiría en tener “la decisión final para usar las armas nucleares”. Tertrais cree que es más probable que Francia reproduzca prácticas del estilo de Estados Unidos, según las cuales tendría sus ojivas en el extranjero, pero estarían bajo control francés.
Aunque la mayoría de las ojivas francesas están alojadas en submarinos, hay algunas que sirven para misiles teledirigidos que se lanzan desde el aire, los cuales se pueden almacenar en aeródromos alemanes, por ejemplo.
La política de Francia ya permite, aunque no requiere, utilizar armas nucleares para defender a un aliado. Con la salida del Reino Unido de la Unión Europea, “los franceses podrían sentir que tienen una responsabilidad especial” por ser el único poder nuclear de Europa, dijo Tertrais.
El profesor del Instituto Tecnológico de Massachusetts Vipin Narang, que estudia los poderes nucleares regionales, dijo que al principio era escéptico ante la propuesta, pero que finalmente se dio cuenta de que un plan de ese tipo era viable técnica y políticamente.
Para Francia, agregó, “es extender su frontera”, lo cual hace más posible que un conflicto nuclear se pueda dar lejos de territorio francés. Para Alemania y otros Estados europeos, “aumentaría la credibilidad del despliegue de avanzada en contra de una agresión rusa”.
Póliza de seguro
Algunos observadores creen que las muestras oficiales de apoyo solo tienen la intención de poner presión sobre Trump para que mantenga el statu quo, el resultado preferido según Kiesewetter.
No obstante, Narang afirmó que, a pesar de las intenciones, hay una línea borrosa entre solamente dar señales de que se busca una opción nuclear como último recurso y realmente buscarla.
Las autoridades académicas en el tema de armas nucleares llaman a este fenómeno una “cobertura de seguro”, según la cual un protegido duda de su protector y responde tomando medidas para realizar su propio programa nuclear, pero nunca lo completa en realidad. Esto se hace para incitar al protector a que se quede y para prepararlo en caso de que no lo haga.
Ya que los retos principales de Europa son políticos en vez de técnicos —Francia ya tiene ojivas—, detonar una discusión pública y explorar las opciones indica que la opción de tener el programa nuclear es más real.
‘Nunca pensé que veríamos esto de nuevo’
Kiesewetter espera que Estados Unidos recobre el sentido sobre dejar a su suerte a los europeos. Tiene fe particular en Jim Mattis, el secretario de Defensa, con quien estuvo en Afganistán y en Bruselas mientras los dos eran oficiales del ejército.
Sin embargo, en un discurso reciente que dio en Bruselas, Mattis recordó las advertencias de Trump acerca de que Washington podría reducir el apoyo a Europa: “Debo ser claro con ustedes acerca de la realidad política de Estados Unidos”.
Mientras, aunque crezca el interés por un programa nuclear europeo, Tertrais señaló que “es posible que no veamos cómo sucede”. Es muy probable que las negociaciones sean secretas por temor a darle una excusa a Trump para que se retire… o a desencadenar una reacción por parte de Rusia.
“Nunca creí que volvería a ver esto. Nunca pensé que realmente habría esta preocupación”, aseguró Narang, del MIT. La discusión en Europa es la primera desde un esfuerzo fallido y ahora olvidado que se dio en los años cincuenta para la cooperación nuclear entre Francia, Alemania e Italia. “Se entiende de dónde proviene el debate. Tiene una lógica”. (The New York Times)