Enero 23, 2025
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Corrupción legalizada en universidades

Urge actualizar Código de Ética, señala el integrante del Centro de Investigación en Ciencias Sociales y Humanidades de la UAEM, Óscar Diego Bautista

Guadalupe Rosas Suárez

Las prácticas corruptas se han vuelto tan comunes que ya no se perciben; “hemos llegado a la ceguera axiológica” y a la “corrupción legalizada”, inclusive dentro de las universidades, por lo que urge actualizar o elaborar por consenso un Código de Ética Universitario que no quede en “letra muerta”, sino que combata las corruptelas de los servidores públicos universitarios, propone el especialista del Centro de Investigación en Ciencias Sociales y Humanidades (CICSyH) de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM), Óscar Diego Bautista.

Durante la conferencia “Integridad en los servidores públicos de las universidades”, el profesor-investigador destacó que la corrupción está instalada en los centros académicos mediante prácticas como: la desviación de recursos, negocios personales, sobornos camuflados de donativos, hay funcionarios que dan entrada a quienes no pasan un examen de ingreso o aprueban alumnos sin merecerlo a cambio de una “donación” para la universidad.

Lamentó la venta de plazas para ingresar a las carreras, de calificaciones, de títulos, la recaudación de recursos de manera ilegal. También es bien conocido que “hay tajada de los proyectos de investigación con un presupuesto”, donde se exige cierto porcentaje.

Asimismo, indicó que se da un retraso injustificado de servicios por derecho, por ejemplo, la no entrega de los bonos de marcha o por defunción; así como las compras innecesarias, ya sea de construcción o decoración para la institución.

Otra práctica común, es la “patrimonialización de los bienes universitarios”, toda vez que los servidores públicos utilizan los autos, el material de cómputo, de papelería como si fuera propio, cuando le pertenece a la universidad.

Enumeró, también, el plagio, los colaboradores fantasmas, los conflictos de intereses cuando se hacen adjudicaciones directas o se dan contratos a familiares y amigos; la falsificación de reportes de trabajo y el acoso sexual, que no se limita sólo al género femenino ni al estudiantado, sino también en ambos sexos, así como a docentes o personal administrativo.

El investigador, sostuvo que en este 2021 cumplimos 500 años de corrupción, este vicio se ha desarrollado, multiplicado y sofisticado, incorporado, además, nuevas tecnologías a sus prácticas. Anida en lo político, económico, social, cultural y familiar.

Se encuentra en todos los sectores del Estado, en los distintos poderes públicos y en cada nivel de gobierno. Y, lamentablemente, subrayó“las universidades no han sido la excepción”.

Ante ello, el especialista sostuvo que es imposible gobernar o dirigir bien una institución cuando se carece de códigos éticos alineados con principios morales. De tal forma, que, si la gente sólo vive motivada por el deseo de riqueza y poder, se corrompen y corrompen a las instituciones.

Por tanto, sentenció que para contar con buenos gobiernos o administraciones universitarias se requiere primero de individuos apegados a la ética, porque ésta es la antítesis de la corrupción.

La corrupción está instalada en los centros académicos mediante prácticas como: la desviación de recursos, negocios personales, sobornos camuflados de donativos

Lamentó la venta de plazas para ingresar a las carreras, de calificaciones, de títulos, la recaudación de recursos de manera ilegal.