IMPULSO/ José García Segura
Columnista
¡Oh tiempos o costumbres!
¿Qué esperas del gobierno de Andrés Manuel López Obrador?
Que ya termine.
Ni tardo ni perezoso, el interlocutor, participante en la marcha simultánea en 24 ciudades contra el “presidente legítimo” y presidente constitucional, detalló un sinnúmero de irregularidades:
“Cancelación del aeropuerto, desabasto y robo de combustible, bloqueo de vías férreas, inestabilidad laboral…”
En contraste, seguidores del mandatario elogiaron la lucha anti corrupción y el ahorro en salarios de funcionarios públicos.
¡O témpora et consuetudines!, ¡Oh tiempos o costumbres!, diría yo en franca alusión a lo dicho por Cicerón contra quien “hizo gobierno para el pueblo, por el pueblo, pero sin el pueblo”.
Y es que nunca, como ahora, habíamos visto a México tan polarizado.
El presidente contra sus opositores, legisladores contra las instituciones, el “pueblo sabio” contra quienes no piensan igual.
Permítame citar solo un caso reciente.
La Senadora por Morena, Laura María de Jesús Rodríguez Ramírez (a) Jesusa Rodríguez, pareja sentimental de la empresaria argentina Liliana Felipe, y suplente de la Secretaria de Gobernación, Olga María del Carmen Sánchez Cordero Dávila, aseguró que no es muy común que los católicos sean inteligentes.
En respuesta inmediata, el senador del PRI, Jorge Carlos Ramírez Marín acotó: “Soy católico malo, pero soy y que alguien diga que no es compatible la inteligencia con la fe católica me ofende”.
Seguramente, Doña Jesusa, ni idea tiene de que: a lo largo de la historia ha habido “maestros de la fe para los fieles de todos los tiempos”, que de tontos no tuvieron ni un pelo.
San Agustín, por ejemplo, autor de la «Ciudad de Dios», primera obra dedicada a la teología y filosofía.
De igual modo, tres mujeres: Santa Teresa de Ávila, fundadora de las carmelitas descalzas, Santa Catalina de Siena y, Santa Teresa de Lisieux.
En los tiempos modernos, los Papas León XIII, Pío X, Benedicto XV, Pío XI, Pío XII, Juan XXIII, Pablo VI, Juan Pablo II y el argentino Francisco.
¿”No es común que los católicos sean inteligentes”?
“¡Oh tiempos, oh costumbres!”, reprochaba Cicerón a Catalina la creciente corrupción y la indiferencia del Congreso ante la misma.
En Honduras, la iglesia católica pidió a sus feligreses no dejarse arrastrar por quienes se manejan como diosecillos “creyéndose los más importantes e indispensables de la tierra”.
Recién leí que, en el siglo pasado “un presidente norteamericano podía formar su gobierno con un fabricante de coches, dos banqueros, un director de hotel, un abogado, un ranchero, un ingeniero y sólo dos políticos profesionales”.
En México, Andrés Manuel López Obrador formó su gobierno con 5 abogados, dos de ellos militantes destacados, como él, del PRI; 5 economistas, 3 ingenieros, un médico cirujano, un arquitecto y un empresario, emparentado éste con uno de los hombres más ricos del mundo.
Mail: [email protected]