IMPULSO/ Agencia SUN
Ciudad de México
De acuerdo con el Índice de Fuentes de Soborno publicado por Transparencia Internacional, el sector de la construcción y obra pública es el más propenso a cometer sobornos y caer en actos de corrupción.
En una escala de 0 a 10, el sector de la construcción obtuvo una calificación de 5.3.
Lo anterior, debido a que los contratos y proyectos de construcción son grandes y únicos, no es fácil establecer un punto de referencia en costos y tiempos, lo que facilita esconder e inflar gastos adicionales.
Vanessa Silveyra, coordinadora del Programa de Integridad Pública del Sector Privado en Transparencia Mexicana, dijo que dado que se trata de una industria fragmentada que involucra a contratistas y subcontratistas resulta complejo hacer un rastreo de pagos, así como la difusión de estándares para el sector.
“Este es de los sectores que más recursos genera y en donde también hay más riesgos de vida tanto para quienes construyen como para quienes hacen uso de esa infraestructura. Lo acabamos de vivir hace unos días, en 2013, en la Guardería ABC sufrió una tragedia”.
“No nos quedamos cortos al decir que la corrupción cobra vidas, que la corrupción mata”, indicó Silveyra durante el Foro sobre Responsabilidad Administrativa y Penal en las Empresas de la Industria de la Construcción en el marco del nuevo Sistema Nacional Anticorrupción organizado por la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC).
La nueva Ley General de Responsabilidades Administrativas para controlar la corrupción también aplica para las empresas del sector de la construcción.
Gustavo Arballo, presidente de la CMIC, dijo que el sector de la construcción es vulnerable a la corrupción porque implica un ejercicio del recurso fiscal federal, estatal y municipal y donde hay un ejercicio de recurso, compra, adquisición e inversión, se vuelve vulnerable porque los sistemas o métodos de corrupción en los que hemos caído es por favorecer a alguien o algo que implica dinero.