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2016 fue el año más caluroso desde que se tienen registros, como pasó con 2015 y 2014. La temperatura media de nuestro planeta es hoy 1,1 grados Celsius más alta que en 1880, y la principal causa de este inequívoco calentamiento global son los gases de efecto invernadero que los humanos vertemos en la atmósfera.
De acuerdo con dos análisis independientes realizados por la NASA y la NOAA en base a las mediciones de temperatura de 6.300 puntos del planeta, el promedio de temperatura de la superficie terrestre se situó en 14,83 ºC en 2016, 0,94 ºC por encima de la media del siglo XX. Entre sus efectos, un calor sin precedentes en el hemisferio norte y una preocupante aceleración del deshielo en el Ártico.
Los científicos no esperan un nuevo pico de temperaturas en 2017 después de que El Niño volviera a batir récords en el Pacífico en 2016, pero la tendencia a largo plazo está clara. Y estamos ya a más de medio camino de la temperatura que propuso el Acuerdo de París como la línea roja que no debemos cruzar: un aumento de 2 ºC respecto a la era preindustrial.
No estamos preparados para un incremento tan importante de las temperaturas. El cambio climático ya causa eventos climáticos extremos, como los incendios forestales en Alberta, el huracán Matthew y los récords locales de temperatura: el año pasado los termómetros llegaron a registrar 54 ºC en Oriente Medio.
El calentamiento global también causa y seguirá causando una subida del nivel del agua, un aumento de las plagas tropicales, pérdida de las cosechas y cambios destructivos en los ecosistemas. Fuente: es.gizmodo.com