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Ser madre es una experiencia muy intensa que nos atraviesa y hace que nos sintamos con la piel de gallina cuando vemos un bebé recién nacido, sobre todo si es nuestro hijo. La maternidad hace que a veces sintamos que estamos caminando por una cuerda floja, haciendo equilibrio sobre un precipicio.
Sin embargo, ¡siempre llegamos a nuestro destino! O al menos casi siempre. Todos los días, prácticamente desde que nos enteramos que somos madres y durante toda la vida, nos haremos esta pregunta: ¿Cómo puedo ser una mejor mamá? Y no es que está mal que nos la hagamos, siempre y cuando mantengamos el equilibrio y la cordura. A veces nos olvidamos que todos cometemos errores y que buscamos la perfección, lo que puede llevarnos al desequilibrio y hacernos sentir muy mal. La perfección no existe, sólo podemos procurar ser mejores cada día y atender las necesidades de nuestros hijos de la mejor manera posible.
Por esto, existen algunos aspectos que, a mi parecer, nos ayudan a ser una mejor mamá sin morir en el intento. Aquí te comparto algunos de ellos.
1. Comprende que todas cometemos errores
Esto no significa que seamos negligentes, sino que simplemente somos humanos, y trataremos de corregir las cosas en las que nos equivocamos, siempre con humildad y perdón hacia nosotras mismas.
2. Confía en ti misma
Confía en tus valores y las capacidades que has desarrollado. Ten la certeza de que a pesar de que ser madre es algo nuevo para ti, podrás resolver las situaciones a las que te enfrentes, siempre de una manera exitosa.
3. Evita compararte
Ya sea con la vecina, tu madre, tu hermana o con algún contacto de Facebook, no califiques tus esfuerzos en función de lo que hace alguien más. Las redes sociales están llenas de imágenes de madres perfectas, que han bajado de peso en seguida luego de dar a luz, que no tienen problemas de crianza y que están siempre sonrientes. Claro, ¡porque no son reales!, son una pantalla que siempre esconde algún conflicto.
4. No te exijas más de lo que puedes
Nadie nació sabiendo, así que permítete llorar o sentir rabia. Deja que cada cosa siga su curso dando lo mejor de ti pero sin querer la perfección, sin pretender que las cosas se resuelvan de una vez y para siempre o tener la respuesta para todo. Lamentablemente, en muchas ocasiones la sociedad nos exige demasiado, la mayoría somos madres que trabajan fuera de casa y las cosas son difíciles casi todo el tiempo. La idea es poder relajarse en medio de las tormentas, dar un respiro y brindar lo mejor de ti, cosa que no lograrás si estás midiéndote o juzgándote a cada momento. Hacerlo terminará anulándote a ti misma, así que mejor reconoce todo lo que hasta ahora has logrado.
6. Pregunta siempre y observa a tus niños
Un consejo de mi madre fue siempre: “piensa en las necesidades de tus hijos, como si fueran las tuyas”. Por ejemplo: ¿tienes frio, hambre, sueño? Quizás tus pequeños también, así que obsérvalos y platica con ellos.
7. Valora los logros cotidianos
Los avances diarios en relación a la crianza de tus hijos, aunque te parezcan pequeños nunca lo son. Aun cuando sientas que avanzas a paso de hormiga, nunca minimices tus logros y los de ellos.
8. Date tiempo para ti misma
Aunque sientas que es algo imposible, procura tener un tiempo para descansar, tomar un respiro y recargar energía. No sientas culpa por eso, lo mereces y lo necesitas, escucha a tu cuerpo. Aprende a ser una buena madre y brillar como mujer, si te amas a ti misma y respetas tus tiempos de descanso, sobre todo cuando tus hijos son bebés o niños pequeños, verás que te es más sencillo sentir a flor de piel qué necesita tu hijo a cada momento.
A veces ante la mirada de los otros solemos creer que nos equivocamos, sin embargo, hay que confiar en nuestro instinto, en nuestras corazonadas y también en nuestra lógica. En el momento en que nos olvidamos de los demás, del afuera y del qué dirán, podemos centrarnos en hacer nuestra labor de la mejor manera posible. En muchas ocasiones no hay reglas, sino que debemos ir resolviendo momento a momento lo que se presenta y aprender en el camino.
Como se dice comúnmente: aunque los niños vengan con el pan bajo el brazo, no vienen con manual de instrucciones. Podemos apelar a recibir consejos, buscar ayuda profesional o leer libros alusivos al tema, pero en última instancia, somos nosotras las que debemos tomar las decisiones, por lo que debemos estar seguras de nosotras mismas.
Para terminar, hay una frase anónima que dice: “El viento y las olas siempre van a favor de quien sabe navegar”, y saber navegar en este caso significa poder confiar en nosotras mismas, aceptar los problemas como desafíos y saber que llegaremos a buen puerto. Sin duda esto sucederá siempre y cuando nos hagamos conscientes de que tenemos la fuerza para salir adelante y ser siempre una mejor mamá. FAMILIAS.COM