IMPULSO/ Agencia SUN
Ciudad de México
El complejo panorama económico externo e interno acrecentó la desconfianza entre los empresarios y provocó la reducción de pronósticos de crecimiento para 2017, aseveró el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP).
Según el organismo, las principales preocupaciones son el nerviosismo por la llegada del presidente Donald Trump a Estados Unidos, la incertidumbre en la evolución de las finanzas públicas, la mala calidad del gasto público, las dificultades para alcanzar el superávit primario y la falta de recortes reales, principalmente.
“El mayor nerviosismo se centra en las amenazas de Donald Trump en contra de México, aún sin haber tomado posesión de la presidencia de EU”, comunicó el CEESP.
El temor a que se cambie la política comercial entre México y Estados Unidos, la cancelación de inversiones por parte de empresas como Ford, las declaraciones de directivos de firmas como Fiat de su posible salida del país y la amenaza de Trump de imponer un arancel de 35% a las automotrices, provocaron que se anularan o pospusieran proyectos estadounidenses en territorio nacional.
Ante el contexto “es natural que los mercados muestren elevada incertidumbre”, incluso durante su primer discurso, previo a la toma de posesión, los mercados llevaron el tipo de cambio a 22 pesos y hubo afectaciones en monedas como la libra esterlina, que se desplomó hasta su nivel más bajo en los últimos 30 años.
El problema es que el tipo de cambio puede debilitarse más por la normalización de la política monetaria estadounidense, además de que ello se puede traducir en mayor inflación, de ahí que las previsiones son de que supere el rango de 4% anual, en tanto que en la encuesta que realiza Banco de México se prevé un crecimiento del país de 1.6%, lo cual puede seguir ajustándose a la baja.
“El entorno externo se ve complejo y con ello la posibilidad de un impacto negativo para la actividad económica de México”, dijo el CEESP.
En el ámbito interno debe haber un ajuste real del gasto público, de lo contrario se puede complicar llegar a un superávit primario suficiente para evitar que la deuda crezca.
En el Análisis Económico Ejecutivo del CEESP se expuso que “se mantiene la incertidumbre por la evolución de las finanzas públicas. Sobre todo como consecuencia de que los planes de austeridad no se han reflejado en las cifras”.
Además de que los reportes de la Secretaría de Hacienda muestran incrementos al gasto público, por ejemplo a noviembre de 2016, los egresos superaron la cifra aprobada en 200 mil millones de pesos. Y la mitad de los 500 mil millones de pesos que recibió el gobierno por ingresos extras se destinaron a gasto corriente.
El centro advirtió que si no se corrige el gasto público y siguen los niveles de impunidad, corrupción e inseguridad, se seguirán deteriorando los niveles de confianza del consumidor y de los empresarios.