IMPULSO/ Agencia SUN
México D.F
Con 33 años en escena, la obra “Cómo olvidar mi pasado” celebra este miércoles 8 mil 250 representaciones en la Carpa Geodésica de San Ángel.
La historia escrita por Joel Marager aborda los infiernos de “Gerardo”, un joven drogadicto que toca fondo y recibe una segunda oportunidad de vida cuando lo ha perdido casi todo, incluso a su madre estando preso.
“No es la típica obra comercial, aquí estamos llevando un mensaje”, dijo José Ayala en entrevista, quien interpreta al persona principal desde hace dos años.
Con la intención de escapar de los conflictos familiares, “Gerardo” abandona su hogar, se refugia en la calle. Pronto se convierte en delincuente y drogadicto, primero obligado por otros como él, después por simple gustó hasta convertirse en adicto.
“Cómo olvidar mi pasado” se ha presentado lo mismo en teatros, universidades e instituciones públicas, que en centros penitenciarios y ha recibido múltiples premios como La Palma y el Micrófono de Oro. El Senado de la República la reconoció en 2014.
“Uno de los de los principales objetivos de Joel (el director) es que la gente al final de la obra se cuestione el mensaje”, dice Chris Ramaglia, otro de los integrantes del elenco.
Ambos actores coincidieron en lo común que es hoy en día toparse con las drogas: “Tienes una fiesta y lo primero que hay o te invitan es un ‘churrito’ de mota y eso es lo menos grave. Hay drogas por todos lados, en la fiesta, en la calle. En el antro siempre hay un ‘dealer’”, confiesan.
La trampa de los escenarios
Dayana Velver interpreta a “Yoyis”, una heroinómana víctima de violencia intrafamiliar, quien, al igual que “Gerardo”, enfrenta sus propios fantasmas.
Sin embargo, recuerda que en el mundo del espectáculo las tentaciones están a la vuelta de la esquina.
“Tenía 17 años y fuimos a una fiesta donde había un grupito de chavitos. Yo tenía que trabajar, pero un tipo se acerca y me dice: ‘no te preocupes, si tienes que trabajar, ahorita te bajo la peda (borrachera)’. Una hora después, las chicas por querer estar con el artista, con los chavitos de moda y los cantantes, empezaron a meterse la coca. A mí me daban a beber y yo tiraba la copa en la alfombra de la cosa”, dice.
Aquí el mensaje que queremos dejar, por más que sea lo que vivas, es que no caigas en ese infierno, concluyen.