IMPULSO/ Agencia SUN
Ciudad de México
La guerra sucia comenzó ya para el proceso electoral en curso y desafortunadamente las redes sociales han sido el medio para ello, hecho que resulta difícil de controlar para la autoridad electoral, coincidieron analistas políticos.
Tras la aparición de mensajes en redes sociales atribuidos a intelectuales mexicanos y que van en contra del precandidato presidencial de Morena, Andrés Manuel López Obrador —como informó el jueves en digital y el viernes en su edición impresa EL UNIVERSAL—, los analistas José Antonio Crespo, Alberto Aziz y Khemvirg Puente coincidieron en que es necesario el deslinde ante la difusión de noticias falsas.
“Esto es una guerra sucia: se usa la imagen y a lo mejor palabras y escritos de alguien sin su consentimiento para pegarle a un candidato, el que sea, es una guerra sucia”, dijo el analista José Antonio Crespo.
Consideró que la difusión de mensajes atribuidos a intelectuales que no lo autorizaron bien puede constituir un delito electoral, pero es necesario determinar si existen las herramientas para que la autoridad actúe en consecuencia.
“Podría ser un delito electoral, por propagar, usar el nombre y palabras de una persona para atacar a otra. Sí podría ser delictivo, pero, ¿tienen las autoridades las herramientas para detectarlo?”, cuestionó.
Alberto Aziz señaló que en adelante se verán mayores acciones consideradas como guerra sucia, con imágenes y frases que seguramente circularán por las redes sociales.
Recordó que en 2006 se vio una guerra sucia mayormente difundida en televisión y radio; sin embargo, añadió, ahora es en las rede sociales donde se ve el fenómeno.
“Lo que se puede apostar es exigir una campaña de otro nivel. Ya la ciudadanía está acostumbrada a que esto suceda, no hay sorpresa como podía haber sido cuando se daban estas competencias y salían las expresiones de guerra sucia.
“Las redes sociales van a competir fuerte con medios convencionales, con televisión que hace seis o 12 años eran el medio dominante. Las redes sociales tienen un papel importante y en ese sentido funcionan, como parte de los mecanismos que se tienen hoy”, aseveró.
Las personas involucradas en la guerra sucia, sin que tengan que ver directamente con el proceso electoral, mencionó Aziz, deben deslindarse y explicar lo sucedido.
El politólogo Khemvirg Puente, subrayó que es necesario diferenciar entre la campaña de contraste y la guerra sucia.
“Lo deseable es que la crítica sea a las propuestas, a las debilidades de los candidatos. El problema de las campañas negras es que se inventan noticias falsas”, aseveró.
Lo ocurrido en Twitter con los mensajes que resultaron falsos, añadió, es una muestra de lo que se verá en a lo largo del proceso electoral: “No veo cómo pueda cambiar a menos que haya una posición responsable por parte de los partidos”, dijo.