Por Teodoro Rentería Arróyave
Para jueves 14 de enero de 2021
Al contador público Javier Huerta Carlos, el último amigo condiscípulo de la escuela primaria “Pedro María Anaya” de la colonia Portales de la ahora Ciudad de México con quien nos frecuentábamos. Los recuerdos quedan. Compartimos el dolor de su partida al éter eterno con su esposa Claribel, sus hijos y su hermana Berta. In Memóriam
Si el pueblo y las autoridades de Estados Unidos lo deciden en 6 días terminará la pesadilla personificada en el desquiciado ultraderechista, aún presidente de la potencia del norte, Donald Trump; sería terrible tan solo pensar en premoniciones o presagios de que este sujeto pudiera volver al poder.
En la víspera, el magnate-presidente se convirtió en el primer presidente de la gran potencia en ser sometido a un juicio político dos veces durante su mandato.
El delito por el que será enjuiciado, es de suma gravedad: “incitación a la insurrección” por los acontecimientos que propició mediante su convocatoria a la toma del Capitolio, acción criminal que dejó un saldo de 5 muertos, decenas de heridos y más de una centena de detenidos.
Después de que el vicepresidente Mike Pence rechazara invocar la Enmienda 25 de la Constitución para destituir a Trump y asumir la Presidencia por un falso sentido de la lealtad a su jefe y a su partido el Republicano, puesto que la primera lealtad está con la patria, los demócratas convocaron a una sesión urgente, misma que se llevó a cabo en la víspera para mediante el voto someter al presidente Donald Trump a juicio político, el llamado ‘impeachment’, por “incitar a la insurrección”, por su papel en los disturbios del pasado miércoles 6, cuando sus partidarios asaltaron el Capitolio.
La votación se fue más allá de lo que se pronosticaba: la iniciativa fue apoyada por 232 miembros de la Cámara de Representantes contra 197 que mostraron su rechazo. Sobresale que 10 de los votos a favor del ‘impeachment’ pertenecen a miembros del Partido Republicano: un número récord de congresistas que votaron contra el presidente perteneciente a su propio partido. Se esperaban cuando mucho, 7 votos republicanos.
Ahora la decisión final pasa al Senado de Estados Unidos, la medida debe obtener una mayoría calificada de dos tercios -67 de 100 senadores-, para que Trump sea destituido, lo cual se considera improbable.
Además, la primera sesión del Senado de este año deberá celebrarse el 19 de enero, un día antes del cambio de poderes, de que Joe Biden asuma la Presidencia de Estados Unidos.
A partir de ese día en ambas cámaras del poder legislativo de la gran potencia tendrán mayoría el partido de Biden, el Demócrata. Algo tendrán que hacer para que los pronósticos, las premoniciones o los malos presagios pudieran hacerse realidad dentro de cuatro años.
La resolución de la víspera es de una gravedad, nunca tomada, textual por que: “El presidente Trump puso en grave peligro la seguridad de Estados Unidos y sus instituciones de Gobierno. Amenazó la integridad del sistema democrático, interfirió con la transición pacífica del poder y puso en peligro una rama coordinada del Gobierno. De ese modo, traicionó la confianza que como presidente se le otorgó, para agravio manifiesto del pueblo estadounidense”.
Antes de la votación, la presidenta de la Cámara baja, la demócrata Nancy Pelosi, declaró: Trump “debe irse… Es un peligro claro y presente para la nación que todos nosotros amamos”.
Nosotros agregamos, y del mundo. Trump pertenece a la cauda de los dictadores de la ultraderecha criminal que han ensangrentado la historia de la humanidad. Esperemos que sólo falten 6 días para que termine la pesadilla trumpista.
