Por Teodoro Rentería Arróyave
“Filibusterismo”
Un día antes de cumplir un año en la Casa Blanca, el presidente Joe Biden, sufrió una gran derrota al naufragar en el Senado, su gran reforma electoral por medio de la maniobra muy bien conocida como “filibusterismo”.
Al examinar la historia, nos ilustran las enciclopedias, el “filibusterismo” en Estados Unidos es una obstrucción parlamentaria, que sólo requiere una votación por súper-mayoría en muchos proyectos de ley, en lugar de mayoría simple; algo salta rápidamente a la vista, siempre ha beneficiado a la obtusa derecha política de la gran potencia del norte.
En la década de 1840, antes de que existiera el término “filibusterismo”, el senador por Carolina del Sur John C. Calhoun utilizó esta técnica para proteger la esclavitud.
Durante el siglo siguiente, los demócratas del sur utilizaron repetidamente el “filibusterismo” para impedir que los estadounidenses negros votaran y para derrotar los proyectos de ley contra el linchamiento.
“Desde la década de 1950 hasta la de 1990, los republicanos del Senado, en colaboración con algunos demócratas conservadores, bloquearon la aprobación de leyes que habrían ayudado a los sindicatos a organizar a los trabajadores”.
En las dos últimas décadas, el “filibusterismo” ha permitido a los republicanos rechazar una larga lista de proyectos de ley progresistas.
Los primeros días de la presidencia de Joe Biden, con los demócratas controlando por poco el Senado, han intensificado el debate sobre si el partido debería eliminar el obstruccionismo parlamentario. Si los demócratas del Senado lo hicieran, podrían intentar aprobar muchos proyectos de ley, por ejemplo, sobre el cambio climático, el derecho al voto, la ampliación de Medicare -medicina social-, y la subida de impuestos a los ricos, con 51 votos, en lugar de 60.
La realidad es terrible, por cierto, por ello el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se declaró “profundamente decepcionado” por el fracaso de su Reforma Electoral que buscaba proteger el derecho al voto frente a las restricciones impuestas en estados conservadores.
En efecto, senadores republicanos con el apoyo de las diferencias entre los demócratas propiciadas por los conservadores, asestaron este miércoles un golpe mortal al proyecto de reforma electoral de Biden que buscaba defender el derecho al sufragio de las minorías.
Ante el bloqueo republicano, los demócratas no pudieron impulsar dos proyectos de ley ya aprobados por la Cámara de Representantes y desistieron de activar un procedimiento especial que les permitía someter ambos textos a votación en la Cámara Alta pese al rechazo de la oposición.
Biden reaccionó “profundamente decepcionado” por el fracaso y prometió seguir impulsando cambios que permitan proteger el derecho al sufragio en Estados Unidos. “Estoy decepcionado, pero no desalentado”, dijo el mandatario.
El proyecto legislativo que los demócratas quieren aprobar combina dos iniciativas: la llamada “Ley de la libertad del voto” (“Freedom to Vote Act”) y la “Ley de promoción de los derechos electorales John Lewis”, en honor del fallecido legislador de Georgia y líder del movimiento por los derechos civiles de los afroamericanos en la década de 1960.
El perverso “filibusterismo” es muy sencillo, como lo habían anunciado los republicanos, emplearon la maniobra denominada así, que permite impedir el debate de cualquier medida si no se reúne un mínimo de 60 votos al inicio del mismo.
En otras palabras, el “filibusterismo” es una maniobra siniestra de la derecha obtusa de Estados Unidos, que le permite impedir el debate de cualquier medida progresista.