Diciembre 22, 2024
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COMENTARIO A TIEMPO

Por Teodoro Rentería Arróyave

Las políticas y las reformas energéticas y mineras de AMLO (I)

Al ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, a su hijos y nietos ante el viaje al éter eterno de su señora esposa, doña Celeste Batel. In memoriam.

PRIMERA PARTE

Para todos aquellos que se rompen las vestiduras por las políticas y reformas energéticas y mineras que impulsa el presidente Andrés Manuel López Obrador, nos vamos a permitir recordar los discursos, obviamente sintetizados, que pronunciaron en su momento los mandatarios históricos: Lázaro Cárdenas del Río cuando la expropiación petrolera y Adolfo López Mateos cuando la nacionalización de la industria eléctrica.

También lo hacemos para que dejen de preocuparse por las demandas que pudieran venir de las empresas extranjeras, mismas que comparadas con las que enfrentaron esos enormes mandatarios, serían de consecuencias fácilmente superables.

Empecemos con el mensaje del Presidente Cárdenas del Río, pronunciado el 18 de marzo de 1938 en Palacio Nacional:  

“Las compañías petroleras, no obstante la actitud de serenidad del Gobierno se han obstinado en hacer, fuera y dentro del país, una campaña sorda y hábil que han dado el resultado que las mismas compañías buscaron: lesionar seriamente los intereses económicos de la nación, pretendiendo por este medio hacer nulas las determinaciones legales dictadas por las autoridades mexicanas.

Y en esta situación de suyo delicada, el Poder Público se vería asediado por los intereses sociales de la nación que sería la más afectada, pues una producción insuficiente de combustible para las diversas actividades del país tendría que ocasionar, en breve tiempo, una situación de crisis incompatible no solo con nuestro progreso, sino con la paz misma de la nación

Es el interés social de la clase laborante en todas las industrias del país la que lo exige. Es el interés público de los mexicanos Es la misma soberanía de la nación, que quedaría expuesta a simples maniobras del capital extranjero, que olvidando que previamente se ha constituido en empresas mexicanas, bajo leyes mexicanas, pretende eludir los mandatos y las obligaciones que les imponen autoridades del propio país.

Riqueza potencial de la nación; trabajo nativo pagado con exiguos salarios; exención de impuestos; privilegios económicos y tolerancia gubernamental, son los factores del auge de la industria del petróleo en México, y nula obra social.

Confort para el personal extranjero; mediocridad, miseria e insalubridad para los nacionales. Salarios inferiores y trabajos rudos y agotantes para los nuestros.

Otra contingencia, forzosa del arraigo de la industria petrolera, fuertemente caracterizada por sus tendencias antisociales, y más dañosa que todas las enumeradas anteriormente, ha sido la persistente, aunque indebida intervención de las empresas en la política nacional.

Han tenido dinero para la prensa antipatriótica que las defiende. Pero para el progreso del país, para encontrar el equilibrio mediante una justa compensación del trabajo, para el fomento de la higiene en donde ellas mismas operan no hay dinero.

Tampoco lo hay para reconocer una responsabilidad que una sentencia les define, pues juzgan que su poder económico y su orgullo les escuda contra la dignidad y la soberanía de una nación que les ha entregado con largueza sus cuantiosos recursos naturales y que no puede obtener, mediante medidas legales, la satisfacción de las más rudimentarias obligaciones.

Planteada así la única solución que tiene este problema -la expropiación petrolera-, pido a la nación entera un respaldo moral y material suficiente para llevar a cabo una resolución tan justificada, tan trascendente y tan indispensable”.

La síntesis es de Isabel Tovar de Teresa y de Magdalena Mas, que se publicó íntegramente en Relatos e Historias en México, número 114. CONTINUARÁ…

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