IMPULSO/ Teodoro Rentería Arróyave
CUARTA PARTE
SIN LIBERTAD DE EXPRESIÓN NO HAY DEMOCRACIA (IV)
La tesis del periodista con grado académico de maestro, Teodoro Raúl Rentería Villa, presentada para ingresar como académico a la ilustre Academia Nacional de Historia y Geografía, ANHG, titulada “Sin Libertad de Expresión No Hay “Democracia”, es una denuncia pública ante las normatividades electorales basadas en la desconfianza.
Continuamos con el desarrollo de la mencionada disertación, en los puntos donde se explica cómo lesionan a los medios electrónicos, tanto en su derecho a la libertad de expresión y de prensa como en su economía.
Uno de los más grandes daños, afirma Rentería Villa, que se genera a la radio y la televisión es en cuanto al tiempo de transmisión a que el Estado tiene derecho en todas las frecuencias de la República Mexicana, durante esos 90 días bajo el control absoluto del Instituto Nacional Electoral.
Precisa, se obliga a los medios electrónicos a transmitir miles de “spots” para difusión del propio INE, partidos políticos y candidatos; la autoridad distribuye entre esos entes políticos y sus candidatos el número de impactos conforme a la más reciente elección.
Decimos que se causa daño porque son miles de spots transmitidos por cada estación de radio y canal de televisión que saturan la programación y alejan al inversionista privado durante esos 90 días. Lejos de generar credibilidad o de lograr una buena propaganda, se provoca el rechazo generalizado ante el rebose de los contenidos parciales con ataques dirigidos.
Lo inconcebible, afirma el nuevo académico, es que además, el Instituto Nacional Electoral gaste cantidades millonarias en el monitoreo de la transmisión de estos anuncios, en lugar de beneficiar a quienes los transmiten por orden de ley los perjudica; en un inicio se habló de un ahorro democrático y hoy el monitoreo es más caro que la propia contratación de los espacios.
A todo lo anterior, agrega el impacto de las modificaciones a la Ley de Telecomunicaciones, al generar el pago de refrendos de las estaciones de radio y televisión en toda la República Mexicana basadas en la población escucha.
Por tanto, ahora debemos de sumar al gasto diario para el mantenimiento de una frecuencia más el pago de refrendo que superó cifras y se fue a cantidades millonarias que muchas plazas no pudieron cubrir y hoy son víctimas de la posible suspensión de la concesión por parte del Instituto Federal Telecomunicaciones.
Solo por citar un ejemplo: el IFT no consideró la devastada ciudad de Jojutla, Morelos, en medio de la crisis que no ha sido solventada, con un mercado retraído por las consecuencias del pasado sismo de 2017; su cálculo fue generalizado por número de “orejas” que arroja el censo del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática.
Tenemos documentado un monto mayor a los 2 millones y medios de pesos, en una frecuencia, que no logró pagarlos dentro de los 30 días que se le impusieron y hoy se advierte la pérdida de la concesión después de más de 45 años de servir a esa población. En verdad la agresión a los medios electrónicos se está convirtiendo en histórica. CONTINUARÁ.