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Comentario a Tiempo

IMPULSO/ Teodoro Rentería Arróyave

FORTINO, UN SER AMOROSO, SEDUCTOR Y TRABAJADOR XVII

DÉCIMA OCTAVA PARTE

Siempre hemos sido críticos de los gobiernos, aunque también hemos dicho que el periodista, de acuerdo a su trabajo realizado, tiene todo el derecho, en la forma de presentar las noticias o sus análisis, a ser ecuánime, reconocer aciertos o a disentir de las obras y decisiones de los funcionarios o mandatarios.

Sin embargo lo cortés no quita lo valiente, somos una familia de capitalinos, aunque algunos nos endosa el gentilicio de chilangos, que llegábamos a Nogales a instalar una radiodifusora que habíamos ganado en buena lid al cumplir con todos los requisitos de la licitación.

La institucionalidad no es desdoro, es honra. En esas condiciones y no obstante que la radiodifusión es materia de orden federal nos entrevistamos con el entonces gobernador del estado de Sonora, Manlio Fabio Beltrones a quien habíamos conocido y estrechado lazos de amistad desde la campaña electoral del presidente Miguel de la Madrid Hurtado.

Desde la primera entrevista la cordialidad se hizo presente, a tal grado que, recuerdo nos preguntó qué necesitamos; le dijimos: adquirir una propiedad en un cerro para instalar la torre y todo el sistema radiador. En un asunto de índole económico de acuerdo a la altura del terreno te ahorras tramos de torre.

Manlio se empezó a reír, para luego explicarnos que a Nogales lo que le sobraban eran cerros, el gobernante nos facilitó el camino a Nogales, además le llamó a su amigo y compadre Nikita Kyriakis para que nos atendiera; seguro que por ese contacto el empresario de los corredores industriales con fraccionamientos para los trabajadores, empleados y ejecutivos, de inmediato se dio la química entre nosotros y accedió a vendernos la cima del Cerro Carlos, donde se ubicaba uno de sus desarrollos.

La inauguración de la Radiodifusora “La Sonora de Nogales”, fue todo un acontecimiento. Mi hermano Fortino Ricardo, ya director general primigenio, lo planeó todo y demostró la fuerza de la convocatoria de la señal radiada. Convocó a los habitantes de Nogales y sus alrededores al acontecimiento con el atractivo de que habría baile en el cerro.

Era el 13 de febrero de 1998; la estación ya estaba al aire desde el 14 de noviembre de 1997. Invitó a todos los conjuntos musicales de la región para que participaran con transmisión en vivo; uno tras otro, participaron en la maratón de la inauguración, convocó a los famosos taqueros, previa negociación para que ofrecieran sus exquisiteces al pueblo en general y otra negociación con la cervecera pudieran ofrecer la bebida espirituosa. Aquello fue de antología, la temperatura bajo cero y el cerro a reventar. No obstante lo gélido, las latas heladas después de consumido su contenido, iban formando una alfombra de hoja de lata. Y aún faltan más recuerdos que relatamos en memoria de mi hermano Fortino Ricardo. CONTINUARÁ.