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COMENTARIO A TIEMPO

IMPULSO/Teodoro Rentería Arróyave

Para lunes 7 de enero de 2019

RECUPERAMOS LA DOCTRINA ESTRADA

A Silvia mi amor, mi cómplice, mi vida en el 56 aniversario de noviazgo feliz y perecedero con los hijos y los nietos.

La recuperación de la Doctrina Estrada, de la que jamás nos debimos de haber apartado, primero fue promesa de campaña del presidente Andrés Manuel López Obrador, luego programa de gobierno y ahora realidad impecable e inatacable en su todavía flamante sexenio, al marginarse del Grupo Lima que pretende inmiscuirse, seguramente por órdenes del gran capital, en los asuntos internos de la República Bolivariana de Venezuela.

Tomo textual: La Doctrina Estrada, nombrada por su autor como Doctrina Mexicana; es el nombre del ideal central de la Política Exterior de México desde 1930. Su nombre se deriva de Genaro Estrada, Secretario de Relaciones Exteriores durante la Presidencia de Pascual Ortiz Rubio, que la redactó y publicó mediante un comunicado de dicha secretaría el 27 de septiembre de 1930.

Esta Doctrina, en su esencia, se manifiesta en contra de que los países decidan si un gobierno extranjero es legítimo o ilegítimo, especialmente si este proviene de movimientos revolucionarios. La doctrina Estrada contradijo la costumbre de su época, que cada país debía reconocer al gobierno de otro país para que este fuera considerado válido o legítimo.

Al argumento es más que sencillo, porque México, dijo Estrada, no acepta ese intervencionismo en sus asuntos internos; no tenemos que someternos a las decisiones de ninguna nación o grupos de países, nuestra soberanía al igual que la de todas las naciones es intocable

Es obvio que el país que se definió como el gendarme del mundo, ha considerado siempre como una bofetada la Doctrina Estrada, por qué, porque vulnera sus intereses hegemónicos. Por ahí hizo una declaración el magnate presidente Donald Trump, en el sentido de que Estados Unidos debe dejar de ser el Policía del Mundo, no creemos que cumpla, y menos después de haber pedido que los países se unan para arrebatarle el poder al presidente constitucional de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro Moros.

Es el caso que México se sustrajo del Grupo de Lima al no apoyar una  declaración contra el mencionado presidente venezolano que pretende desconocer su segundo periodo, que se inicia mañana martes 8, ganado limpiamente en las urnas.

Fue el subsecretario para América Latina de la Cancillería mexicana, Maximiliano Reyes Zúñiga, quien de acuerdo a la política exterior de nuestro país, normada en nuestra Constitución Política y determinada a cumplirla por el presidente Andrés Manuel López Obrador e implementada por el canciller Marcelo Ebrard Casaubón, se abstuvo de firmar dicha intervencionista declaración, que desde luego es un regalito de Reyes de esos países al todavía Gendarme del Mundo.

Para el registro histórico: estos son los gobiernos, que no los pueblos, que fomentaron y se adhirieron a la majadera e intervencionista Declaración del Grupo de Lima; Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Guyana, Honduras, Panamá, Paraguay, Perú y Santa Lucía.

Estamos de plácemes con López Obrador al regresar a la impoluta, cuidadosa y responsable Doctrina Estrada; la política exterior de México basada en los principios de no intervención y autodeterminación de los pueblos que siempre ha sido reconocida por el concierto de las naciones ha sido retomada con firmeza por el nuevo gobierno de nuestro país.