IMPULSO/Teodoro Rentería Arróyave
AUTONOMÍA EN LA RADIODIFUSIÓN PÚBLICA
PRIMERA PARTE
El tema de la radiodifusión pública no debería ser polémico, porque si todos coincidimos en que ningún gobierno debe de determinar sus contenidos y mucho menos ser censor de los mismos, lo aconsejable es crear organismo público descentralizado, con personalidad y patrimonio propios que la aglutine.
Desde los primeras radiodifusoras o canales de televisión, se crearon dispersos y controlados por diversas dependencias del Ejecutivo, como han sido entre otras las secretarías de Gobernación y Educación Pública, centros de educación superior y organismos diversos, como fueron los casos de la radiodifusora de la minera de Cananea y la del complejo siderúrgico Lázaro Cárdenas-La Truchas.
Por la Televisión nacieron dos entes: en 1959 XEIPN-TV Canal 11 del Instituto Politécnico Nacional, IPN, y Televisión Cultural de México en 1972, misma que se creó para llevar la cultura a las zonas rurales por lo que poco después cambio a Televisión Rural de México, TRM, cuyo canal principal fue Canal 22 del entonces Distrito Federal.
Desde mucho antes se habían creado Radio Educación en 1924 y Radio Universidad en 1935, esas son otras historias.
En 1983, el presidente Miguel de la Madrid Hurtado, por decretos cumple con su Programa de Gobierno y crea los Institutos Mexicanos de la Radio, la Televisión y Cinematografía. Sus directores fundadores fuimos, en el primero el autor, en el Segundo Pablo Marentes y en el tercero Alberto Isaac.
Cuando aceptamos los nombramientos, es porque los decretos de creación mandaban ser organismos públicos descentralizados con personalidad jurídica y patrimonio propios, por ello en un principio, pertenecimos al Gabinete Ampliado.
Por recomendaciones y abusos de poder, luego fueron incorporados a la Secretaría de Gobernación, por esa absurda decisión renunció ipso facto, Alberto Isaac. Marentes y el que escribe, preferimos seguir desde dentro en la lucha por crear una verdadera radiodifusión de Estado y no de Gobierno.
Lo logramos a pesar de todos los pesares, desde los que les incomodaba tal posición, hasta de los que en su posición de autoridad quisieron medrar y acabar con el cumplimiento cabal de la responsabilidad social de esos medios de comunicación.
Ahora, se ha provocado la polémica ante la aprobación de la Reforma a Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, que ubica a la radiodifusión pública nuevamente en la Secretaría de Gobernación. La oposición a tal decisión de la Cámara de Diputados cada día es más grande y más contundente. La solución es que sea verdaderamente autónoma y libre. CONTINUARÁ.