LOS SISMOS Y LOS DAMNIFICADOS
Teodoro Rentería Arróyave
La víspera, este 19 de septiembre de 2018, en sendas ceremonias recordamos, que no celebramos, los sismos o terremotos de 1985 y de 2017, en especial a las víctimas mortales, las que resultaron discapacitadas o lesionadas y a las que lo perdieron todo a consecuencia de esos terribles fenómenos naturales.
Estas tragedias enlutaron cientos de hogares y como lo dijimos en su momento, todos los habitantes de esta gran ciudad demostraron, con sus acciones a las que nadie convocó, a una grandes acciones de solidaridad reconocidas en todo el mundo.
Tales movilizaciones ciudadanas contrastan con el desapego y la inmoralidad de funcionarios que tenían la obligación de actuar, puesto que además del sueldo que devengaban, tampoco demostraron ni una pizca de generosidad.
Aparte de lamentable, es de indignarse lo que comprobaron en un recorrido por las zonas dañadas que realizaron la jefa de Gobierno electa, Claudia Sheinbum y el fututo comisionado para la Reconstrucción de la Ciudad de México, César Cravioto Romero: el desorden y en muchos casos ni la más mínima atención a las familias que desde hace un año viven en la desolación de la calle en una casa de campaña, si bien les va y lo peor, en un improvisado refugio levantado con pedazos de madera y cartón.
Cravioto Romero, en entrevista con El Universal, fue contundente al afirmar que Miguel Ángel Mancera Espinosa, ex gobernador de la Capital de la República y ahora calentando un escaño senatorial, “fue muy irresponsable a diferencia de su sucesor, José Ramón Amieva , lo debo decir porque Amieva ha tomado el tema con bastante más responsabilidad de lo que hizo Mancera”.
Luego agregó, que la mínima ayuda que ofrecieron los de la administración pasada, siempre tuvo un interés partidista; es de no dudarlo, todos los capitalinos fuimos víctimas de sus acciones ilegales, a como diera lugar sacaban dinero para la sucesión gubernamental, desde las fotomultas u otras muchas; abuzaron como nunca antes, a las mujeres conductoras le inventaban faltas para llevarse al corralón sus automóviles, donde tenían que pagar sumas exorbitantes para recuperar sus unidades; por ello no extraña el resultado de las urnas.
César Cravioto, finalmente dijo que, “la reconstrucción está bien enredada”. La misma se empantanó, no se trata de echar abajo la Ley de Reconstrucción, sino de modificarla para dar una atención adecuada, eficiente y humanitaria y así atender de una vez por todas a los damnificados. Entonces cerraremos esta ventanilla, hasta que hayamos reparada la última escuela y ayudado al último damnificado, concluyó.
Así lo esperamos, que todo sea transparente y público y que de ahora en adelante las llamadas políticas sociales, sean verdaderamente eso: atención inmediata, oportuna y carente de todo interés político. Que se recuerde siempre, que todas estas acciones no la pagan los funcionarios, sino el mismo pueblo con sus impuestos.