Diciembre 23, 2024
Clima
9°c Máxima
9°c Mínima

Comentario a tiempo

IMPULSO/Teodoro Rentería Arróyave

¿Coincidencias?

Se dice, y en forma muy acertada, que en la política no existen las coincidencias, todo está perfectamente programado, hilvanado, concertado, eso exactamente ocurrió ayer en escenarios distintos, eso sí, muy cercanos y casi sincronizados.

A qué nos referimos, a la noticia de este lunes: “el derrumbe” de la llamada “reforma educativa”, misma que se difundió en los mismos instantes en que se producía en dos lugares diferentes y luego se multiplicó y se multiplicó por todo el país y por el mundo entero.

La maestra Elba Esther Gordillo Morales, en su primera presentación ante los reporteros, maestros y amigos, luciendo su sentencia de no culpable y obvio su libertad plena, después de más de cinco años de confinamiento, injusto y de un hostigamiento mediático, masivo y montonero como lo comentamos al enterarnos de su detención hace más de un lustro, tajante y directa afirmó:

“¡Soy inocente! ¡Recuperé la libertad y la reforma educativa se ha derrumbado!”

Kilómetros adelante, lo que separa a Polanco del Zócalo, en Palacio Nacional ante el presidente saliente, Enrique Peña Nieto, el presidente entrante, Andrés Manuel López Obrador, sin tapujos, sin falsas cortesías, dio a conocer su inalterable decisión con estas frases:

“Se va a cancelar la actual Reforma Educativa y va a ser sustituida por otra reforma que va a tomar en consideración el punto de vista de los maestros y padres de familia”, luego en referencia a la democracia sindical, agregó: “en los asuntos sindicales vamos a promover que se respete la voluntad de los trabajadores”.

Con referencia a la maestra Gordillo Morales, el presidente electo sentenció: “Si ella es declarada inocente, libre, se tiene que respetar su derecho de participación”. Más claro ni el agua.

Nosotros por nuestra parte habíamos concedido la gracia de la duda a Aurelio Nuño Mayer, cuando sustituyó a Emilio Chuaffet Chemor en la titularidad de la Secretaría de Educación Pública, por su juventud y desde luego por la campaña publicitaria que le fabricaron a su favor.

Después se agudizó el desastre en esa dependencia que debiera ser ejemplo de limpieza, pulcritud y eficiencia, exacto, cuando renuncia el imberbe político para dejar al frente de la dependencia, que representa el futuro de la patria, a otro sujeto que ya estaba en el ostracismo político, revivió al burócrata genuflexo, Otto Granados Roldán.

En verdad ha sido una vergüenza nacional, un insulto al “Maestro de las Juventudes de América”, que estos sujetos hayan ocupado el sagrado escritorio de don José Vasconcelos.

Estamos a escasos 100 días de que Andrés Manuel López Obrador asuma como Presidente Constitucional de México, y Esteban Moctezuma Barragán como Secretario de Educación Pública, hijo del arquitecto Pedro Moctezuma Díaz Infante de quien siempre guardaré un recuerdo amistad que valoro a plenitud. Un centenar de 3 meses y 9 días, para que se inicie la reivindicación de la educación pública en nuestro amado país.