IMPULSO/Teodoro Rentería Arróyave
“¡RECUPERÉ LA LIBERTAD!”, LA REFORMA DERRUMBADA
Hace más de 5 años, exactamente el 27 de febrero de 2013, precisamos en la entrega de esa fecha que la titulamos: “Una caída anunciada”, y que fue ampliamente difundida por los medios en los que colaboramos, misma en la que, después de referirnos a los acontecimientos que enmarcaron la toma de posesión como presidente de la República de Enrique Peña Nieto, ahora, a unos cuantos días de entregar el poder al victorioso Andrés Manuel López Obrador, afirmamos:
“Todo está correcto, lo que no es válido, en primer lugar, es el ajusticiamiento masivo y montonero que se ha multiplicado en todos los medios contra la maestra Elba Esther Gordillo, por ahora, es presunta responsable y tiene todo el derecho al debido proceso, por lo que no se pueden violentar sus derechos y sentenciarla de antemano, como desde ahora lo están haciendo, inclusive, no pocos de sus beneficiarios.
Los acontecimientos y el desenlace legal del enjuiciamiento a la maestra nos dan la razón: ha sido declarada inocente y ha recobrada su plena libertad.
A reserva de ahondar en el tema, en la primera conferencia de prensa de Elba Esther Gordillo, queremos recoger las siguientes frases que pronunciara y que representan un mea acuso, sin que hasta el momento no se haya pronunciado una sola voz del poder para suplicarle un “usted perdone, nos equivocamos y le hicimos perder más de cinco años de su vida”.
Éstas son las frases lapidarias de Elba Esther: “¡Soy inocente! ¡Recuperé la libertad y la reforma educativa se ha derrumbado!
Aquí tienen la imagen que ha predominado durante más de cinco años con respecto a mi persona y es producto de una persecución política, de acoso e injusticia. Es el producto de un expediente basado en mentiras y acusaciones falsas para hacerme ver culpable de algo que no cometí.
La larga etapa de encierro fue también de un duro y profundo aprendizaje. Sin duda cambié, cambiamos todos, cambió el país. La dura prueba a la que fui sometida cambió también y golpeó a mi familia; sin embargo, no sufrí sola, también sufrieron las maestras y los maestros de México.
Poseo una firme convicción de que, en defensa del magisterio nacional y de todos los trabajadores de la educación, empeñé lo mejor de mí y no rehuí riesgo alguno, no acepté condiciones indignas. No se ahorraron recursos ni tinta, desde una visión mediática, para tratarme con una dureza que sólo una orquestación perversa podía propiciar. Es mejor conquistarse a sí mismo que ganar mil batallas.
Hoy, esta guerrera está en paz. A las maestras y maestros de México, a ellos, les ofrezco una disculpa. Lamento que hayan sido sometidos a una persecución política y mediática que tenía por objeto hacer sus conquistas laborales, destruirlas y atomizar a su organización sindical. Lamento que nos hayan responsabilizado de la compleja situación educativa del país, cuando la mayoría de los maestros hacen lo que pueden con las herramientas insuficientes que el gobierno les da”.
Una inocente en prisión y los impostores de la educación gozando de la bonanza de los buenos emolumentos que les da su posición rastrera y burocrática. Continuará.