El “Bachiller”, 50 años de Telesecundaria
Teodoro Rentería Arróyave
Ante la mezquindad, nos refugiamos y nos arroparon en esta ciudad capital con eterno olor a flores para rendir un merecido homenaje al visionario pionero de la educación que ahora se llama “a distancia” o “en línea”, licenciado Álvaro Gálvez y Fuentes, el famoso “Bachiller”, creador indiscutido e indiscutible de la Telesecundaria, quien en medio siglo logró que su acción visionaria incorporara a millones de niños o jóvenes a la educación media y ahora, por añadidura en el tiempo, media superior y superior.
En efecto, estamos de acuerdo con su hija, Marina Gálvez, cuando, en el acto llevado a cabo en el Centro Cultural Teopanzolco de esta entidad, afirmó que “nos hemos vestido de añoranza y de emocionados recuerdos para evocar la obra de un mexicano, nacido hace 100 años, comprometido con su tiempo y con la cultura, que creyó firmemente en la educación como soporte del desarrollo individual y colectivo, que apostó por la utilización de los medios audiovisuales como eficaces instrumentos de la noble tarea educativa y que, con orgullo y convicción, difundió nuestro rico patrimonio”.
Gracias por su anfitrionía a Carlos Félix Gaxiola, director general del Instituto Morelense de Radio y Televisión.
La historia me consta, y por ello la narro como si la estuviera viviendo, corría el año 1964, el “Bachiller” Gálvez ya había recorrido casi todos los caminos de la comunicación, radio, televisión, teatro, cine como director y actor, había constituido su agencia “Publicidad Gálvez, S. A.”, sin embargo, le faltaba, para lograr su plenitud, para realizarse, como lo he calificado, ser el más grande comunicador en la historia del país.
Me refiero a crear la primera agencia de noticias en México, “INFORMEX”, ello lo pudo lograr en 1960, aunque se enfrentó a todas clase de vicisitudes, a tal grado que el mismo Gobierno Federal estuvo a punto de cerrársela. El licenciado Gálvez y Fuentes, con toda calma, le advirtió al jefe del Ejecutivo que si esa amenaza se concretaba, se llevaba a todos los equipos: humano y material y transmitiría desde Guatemala.
Cuatro años después, en 1964, la nobleza del “Bachiller” se hizo presente una vez más, cuando escucha y acepta “el llamado de la República”, la tarea de incorporar a los medios modernos de la comunicación a la educación, cuando el país era en su gran mayoría un conglomerado rural disperso e iletrado.
Y es así cuando, en la cúspide de su vida profesional y siendo el personaje más popular y respetado de los medios, acepta dejar todo para crear, primero, la Dirección General de Educación Audiovisual de la Secretaría de Educación Pública, cuando su maestro de toda la vida era el secretario del ramo, don Agustín Yáñez, y cuatro años después crear “La Telesecundaria”, que hoy celebra 50 años de educar y preparar a cientos de miles de jóvenes en decenas de años en todo el territorio nacional.
El catedrático universitario, consciente de la labor a desarrollar, abandona su “joya de la corona” para cumplir con su patria, y al autor, entonces un joven de 25 años, le encarga INFORMEX como su director Periodístico y Administrativo. Desde ese momento, se volvió más severo para que cumpliéramos con las tareas encomendadas.
Ahora se nos mencionó, en la ceremonia, como el colaborador más cercano y de confianza a ese gran personaje de la historia de México en la comunicación. Referencia que me enorgullece y agradezco.
Sí, Marina, tu padre “perteneció -y pertenece- a esa estirpe espiritual de mexicanos persuadidos y persuasivos que se asumen como hijos de dioses, guerreros y poetas”, y agregaría, de mentores de vocación y convicción.