De los extranjeros
Teodoro Rentería Arróyave
Un despacho de la agencia APRO nos dio a conocer que el Premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa, intentó alertar a los mexicanos que un triunfo de Andrés Manuel López Obrador en las elecciones de julio próximo en México, significarían “un retroceso para México”, ya que lo convertiría en “una democracia populista y demagógica”, y agregó “tengo la esperanza de que haya lucidez en México, ante el populismo, la demagogia y las recetas fracasadas como en el caso de Venezuela, donde ahora el 90 por ciento quisiera salir de esa sociedad frustrada y fracasada”, El peruano habló así durante la presentación de su libro “La llamada de la tribu”, una autobiografía intelectual y política.
Mesurado, que es una nueva faceta de Andrés López Obrador, candidato a la Presidencia de la República, por la alianza “Juntos haremos historia”, se concretó a decir que el peruano “es buen escritor, pero mal político” y precisó, “no me voy a enganchar, amor y paz”.
Ya antes había ocurrido una intromisión en cuanto a opinar sobre política mexicana por parte de extranjeros en pleno proceso electoral; en febrero de 2006, el expresidente español José María Aznar se le fue a la yugular a la entonces candidata presidencial por el Partido Alternativa Socialdemócrata, Patricia Mercado, misma que calificó las palabras del líder del Partido Popular, reconocido de extrema derecha, como un “acto de intervencionismo”, al explicar que las leyes mexicanas son muy claras con respecto a la prohibición a cualquier extranjero de intervenir en sus procesos electorales o en su vida interna. Esto refiriéndose al Artículo 33 de la Constitución Mexicana dentro del Capítulo III, De los Extranjeros.
El analista político, Eduardo Arcos, también en aquella ocasión, recurrió abogado, León Felipe Sánchez, quien explicó que dicho Artículo 33, se presta, muy comúnmente, a que cuando un extranjero opina sobre la vida política nacional, lo primero que pasa por la mente de las personas a quienes no les gusta lo que opinó es “Que lo expulsen por ser extranjero y estar hablando de nuestra política interna”. Nada más equivocado, desde un punto de vista legal, que decir esto.
Dos de los derechos de los que goza cualquier persona en territorio mexicano están consagrados por los artículos 6 y 7 constitucional. Estos dos artículos son los que permiten que haya libertad de expresión y de prensa en México.
Hay quien, dentro de las malas interpretaciones, querrá invocar el artículo 9 en relación con el 33 para decir que los extranjeros no pueden opinar respecto de política en México, sin embargo, si analizamos el texto de ambos artículos podemos ver que el artículo 9 establece que los extranjeros no podrán asociarse para tomar parte en los asuntos políticos del país, mientras que el artículo 33 establece que “no podrán de ninguna manera inmiscuirse en los asuntos políticos del país”.
En este sentido, hay que analizar que opinar o manifestar las ideas de una persona no es lo mismo que inmiscuirse. La palabra inmiscuir significa “Entremeterse, tomar parte en un asunto o negocio, especialmente cuando no hay razón o autoridad para ello”, por lo que dar una simple opinión dista mucho de llegar al grado de inmiscuirse en un asunto político.
Por último, precisó: “No estoy de acuerdo con lo que dijo Aznar, sin embargo, respeto su derecho a decir lo que piensa”.
Totalmente de acuerdo, pero esas declaraciones en nada ayudan a ninguno de los candidatos a la Presidencia de la República, y que bueno que López Obrador no cayó en la provocación.
Comentario a tiempo