IMPULSO/ Teodoro Rentería Arróyave
Netanyahu, enemigo de la prensa
Dice un refrán cervantino: “En todas partes se cuecen habas, y en la mía a calderadas”, mismo que viene al pelo para describir lo que está sucediendo en Israel, cuyo Gobierno, en su arrogancia, se mete en todas partes al ver “la paja en el ojo ajeno, pero no la viga en el propio”.
Nada menos que el primer ministro de esa nación, Benjamín Netanyahu ha sido acusado de enemigo de las libertades de prensa y expresión y de antidemocrático por el presidente israelí Reuven Rivlin ante la Knesset -Asamblea o Parlamento judío-, lo cual desnuda al siempre presuntuoso político.
Desde hace tiempo, recibimos, por cierto, en forma amable, el portal Enlace Judío, que se presenta como “el espacio mexicano de expresión libre y sin censura”; en el número correspondiente, llama la atención la nota principal con la cabeza siguiente: “En la Knesset, el Presidente de Israel acusa al Gobierno de Netanyahu de poner en peligro la democracia”.
Según dicha información, en un discurso apasionado, el presidente israelí critica los intentos de “debilitar a los guardianes”, así califica a los medios y a la Corte Suprema.
En efecto, durante la apertura de la sesión de invierno de la Knesset, el presidente israelí Reuven Rivlin denunció las políticas del primer ministro Benjamín Netanyahu, advirtiendo que la democracia israelí está en peligro.
Rivlin acusó a los ministros del Gobierno de promover los esfuerzos para debilitar a la Corte Suprema de Israel y “silenciar a los medios libres”.
Los cambios a la Corte Suprema se han convertido en un tema político tóxico en un país donde la separación entre el Poder Judicial y la Legislatura es duramente impugnada, donde la derecha política ha visto en la Corte como a una obstrucción de su agenda.
Rivlin, cuya posición es en gran parte ceremonial, describe movimientos propuestos contra la Corte por el Gobierno actual, especialmente por el ministro de Educación, Naftali Bennett, y sus aliados, ello como parte de “un intento continuo de debilitar a los guardianes de la democracia israelí“.
Desde el estrado frente a Netanyahu, dijo: “En este clima de deslegitimación, la atmósfera de ‘todo es político’ llega hasta el público, que recibe el mensaje de que no hay más estadistas, que sólo hay gobierno y democracia. Y en este clima, la democracia significa que el fuerte decide“.
Añadió: “El liderazgo en un país democrático es el arte de crear acuerdos, no de vencer a los oponentes. Una sociedad democrática se basa en construir procesos, no revoluciones”.
En todas partes se cuecen habas, en todas partes, sobre todo en los ámbitos del poder existen enemigos acérrimos de las libertades de prensa y de expresión y, por ende, de la democracia. Nuestro apoyo y solidaridad a los colegas israelíes, ya que de esto sabemos mucho los mexicanos.