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IMPULSO/Teodoro Rentería Arróyave
LE QUIEREN CERRAR EL PASO A LULA

En las dos últimas entregas tratamos el tema de la ultraderecha criolla venezolana, misma que con el apoyo del poder internacional, trata de derrocar por la fuerza de la propaganda insana y con premeditados zafarranchos en las calles, al presidente constitucional y legítimo Nicolás Maduro.

Ahora nos enteramos, con toda oportunidad por un despacho del diario La Vanguardia de Barcelona, que la derecha criolla del Brasil ha maniobrado, primero para arrebatarle el poder con el apoyo de vulgares legisladores traidores a la presidenta constitucional, Dilma Vana da Silva Rousseff y ahora, mediante una chicana legaloide, cerrarle el paso a la primera magistratura al ex presidente, Luiz Inácio Lula da Silva.

Después de ese despacho urgente del diario barcelonés, prácticamente todos los medios han informado que un juez de primera instancia, SIN PRUEBA ALGUNA, ha condenado a Lula, quien tiene la mayoría de la preferencias para reelegirse en los comicios del próximo año, a nueve años y medio de prisión, que de persistir lo inhabilita para cualquier puesto público.

El juez Sergio Moro, se ha cuidado muy bien en su dictamen, ya que lo encuentra culpable de “corrupción pasiva” es decir no activa, y por lavado de dinero “por su implicación en la red de corrupción que se operó en Petrobras y que ha salpicado a una parte importante del establishment político brasileño”.

Lula está acusado por la Fiscalía de corrupción por supuestamente haber recibido 3,7 millones de reales -1,1 millones de dólares-, en sobornos a raíz de contratos suscritos entre la constructora OAS y Petrobras.

La Fiscalía lo acusa de haber recibido 1,1 millones de dólares “mismos que se habían utilizado en reformas de un apartamento tríplex en el balneario de Guarujá, en el litoral del estado de Sao Paulo, y el pago del almacenamiento de los regalos recibidos durante su gestión, entre 2003 y 2010”.

Sin embargo el inmueble, se asienta en el expediente, aparece en los registros como propiedad de la constructora OAS, una de las implicadas en el escándalo de Petrobras.

El veredicto de culpabilidad de Lula, uno de los presidentes más populares de la historia de Brasil, en efecto, tiene el propósito de debilitar sus posibilidades de llevar al Partido de los Trabajadores al poder en las elecciones de 2018., mismo que en los últimos meses ha consolidado su posición de favorito

Esta lucha por la legalidad en contra de la derecha obtusa no se acaba, el ex presidente Lula y sus abogados han anunciado que apelarán a la sentencia, que carece de sustento, ante todas las instancias e inclusive ante la Organización de las Naciones Unidas, ONU; y no olvidemos que Brasil está gobernado por Michel Temer, quien llegó al poder al traicionar a su jefa Dilma Rousseff, de la cual era su vicepresidente, sobre él sí pesa una grave acusación de sobornos nada menos que de el principal fiscal federal de la gran nación sudamericana, Rodrigo Janot. ¡Que asco!

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