IMPULSO/ Teodoro Rentería Arróyave
La antigua Xera fenicia
Fue un acierto entrar a estas tierras andaluces por esta ciudad fundada por los fenicios con el nombre de Xera, porque en ella se recoge todo el espíritu gaditano, en consecuencia nos podrían contradecir al preguntarnos por qué no entramos por Cádiz.
Cádiz es la provincia, no es sólo el puerto imponente y bello, donde se recuerda la Constitución de 1812 que se exportó a tierras latinoamericanas, temas que abordaremos más adelante en esta serie narrativa del viaje.
Los andaluces, mujeres y hombres son de un carácter afable y su disposición a vivir felices la transmiten en todo momento. No obstante que aquí todos las cafeterías, los restaurantes, las tascas, la churrerías, las pastelerías y hasta los centros comerciales y los mercados son al mismo tiempo bares y esta permitido consumir sus exquisitos vinos, licores y cervezas en la vía pública, jamás nos encontramos con un beodo y menos impertinente y nunca fuimos testigos de un pleito callejero.
Algo muy peculiar encontramos en este municipio que cuenta con una población de cerca de 213 mil habitantes, lo que lo convierte en el más poblado de la provincia de Cádiz, el quinto de Andalucía y ocupa el lugar 25 de España en cuanto a densidad población, es la convivencia familiar.
Las familias salen completas: padres, hijos, abuelos, es común ver a familias numerosas que comparten los almuerzos y las cenas, ocupan mesas por todas los lugares gastronómicos que se extienden en las calles, plazas por todo su territorio de 2026,3 kilómetros cuadrados. Algo que nos llamó la atención, sin tener el porcentaje preciso, son los nacimientos dobles, por donde quiera las madres y los padres conducen las carriolas dobles, y también con hijo mayorcito.
Su herencia musulmana, es orgullo y presente, el pasado árabe de Jerez de la Frontera, dice su ficha turística, se encuentra patente en las murallas, el Alcázar y la Mezquita, ésta última es hoy la capilla de Santa María la Real. El origen almohades -Siglo XII-, se deja ver en las torres octogonales. El Alcázar cuenta con salas de baños, cubiertas con bóvedas en las que se abren lucernas. La torre del palacio de Villavicencio, edificio barroco anexo al conjunto monumental, cuenta con una cámara oscura desde la cual se puede divisar toda la ciudad.
Jerez de la Frontera, es conocida en el mundo entero por sus vinos, sus caballos y su flamenco, su casco histórico declarado conjunto histórico-artístico tiene aún el señorío de palacios aristocráticos con el sabor popular de un caserío típicamente andaluz.
Qué decir de sus equinos, aquí cada año, se celebra la Feria del Caballo, declarada de Interés Turístico Internacional. Esta oferta cultural se enriquece con los aromas de la gastronomía regional, con la que destaca Denominación de Origen de Jerez-Xérès-Sherry Manzanilla-Sanlúcar de Barrameda. La visita a alguna de las bodegas de la ciudad es imprescindible.
Por qué el nombre de Jerez de la Frontera, porque cuando la fundaron los fenicios con el nombre de Xera, durante la Edad Media fue lugar de incursiones fronterizas, ya que se encontraba en los límites del Reino de Granada, bajo dominio musulmán. El nombre se asienta cuando los Reyes Católicos la conquistaron y así su principal símbolo cristiano de la ciudad, es la Catedral que se asienta sobre una mezquita. Continuará.
