IMPULSO/ Teodoro Rentería Arróyave
Soberbia
México, Latinoamérica y el mundo en general, de continuo dejan pasar los agravios de sujetos, puesto que no merecen ni el tratamiento de personajes, más o menos influyentes y que sólo por sus caudalosas y escandalosas fortunas desprecian al común de los seres humanos.
El aspirante a la candidatura presidencial de Estados Unidos por el derechista Partido Republicano, el multimillonario, Donald Trump, que seguro se quedará en eso, en simple suspirante a ocupar la Casa Blanca, como respuesta generalizada a los agravios xenófobos contra los migrantes mexicanos, se le vino encima el mundo.
No obstante su manifiesta ignorancia supina, acompañada de sus fobias que lo han desnudado completito, ahora da a conocer con la desfachatez que le es propia una más de sus deformaciones mentales: su soberbia.
Ha recurrido a todas la estrategias para convencer de “que no dijo lo que dijo” y en tal embrollo ha culpado a periodistas y medios de haberle distorsionado sus declaraciones, sin embargo “el pez por su propia boca muere”, pobres peces en la comparación, pero es que nuevamente Trump cayó en la incontinencia verbal, al afirmar: “México no es nuestro amigo, no están matando. Debemos de tener fronteras fuertes y detener la inmigración ilegal. Sin eso no tenemos un país”.
Así es de repetitiva la soberbia y la xenofobia de Donald Trump, las tiene clavadas en lo más recóndito de su obtuso cerebro, una prueba más es su otra declaración de que por ningún motivo ofrecería disculpas a los migrantes mexicanos; ni falta que les hace, ellos saben que han contribuido al engrandecimiento de la nación vecina.
La respuesta unánime ha pegado donde más le duele, por eso sus reacciones verborreícas en cascada, exacto al blanco de su becerro de oro; como dueño del Certamen Miss Universo, en que se mueve y gana millones de dólares, aparte de negocios colaterales, las grandes cadenas de televisión lo han dejado prácticamente sólo.
Primero fue Imevisión y ahora NBC-Univisión, Grupo Televisa y la cadena Ora Tv de Carlos Slim, con su afamado comentarista Jerry King, los emporios que han cancelado todo trato, incluyendo el certamen de belleza, sin embargo no es de dudarse: seguirá en sus enfermizas distorsiones mentales, jamás dejará de ser xenófobo, racista, segregacionista y de una infinita soberbia.
