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COMENTARIO A TIEMPO

EL RETRATISTA DE LA MUERTE FUE SALVADOR DE VIDAS

Por Teodoro Rentería Arróyave

Para lunes 15 de mayo de 2023

A todos los maestros que luchan día tras día, a los que ya están con todo derecho en el retiro, a los que han sido y recordamos con especial veneración, les renovamos nuestro profundo agradecimiento al unísono con nuestro sentido y perenne homenaje en este su Día.

“El Niño Metinides” como lo calificamos sus amigos ambulantes, paramédicos y médicos de la Cruz Roja; reporteros de la fuente, policías, bomberos, agentes del Ministerio Público y demás concurrentes a las tragedias diarias que como en cualquier urbe se dieron y se dan en el entonces Distrito Federal hoy Ciudad de México.

Volvemos a relatarlo, como reportero policíaco fundador de la primera redacción periodística radiofónica en la entonces XEDF, en el 970 del dial, con patrulla informativa equipada con aparatos de control remoto para transmitir desde el lugar mismo de los hechos, con sirena y torreta, conocimos al joven Enrique Metinides, con cara de niño, que conservó toda su vida

Me enteré por el diario “El País”, que la Secretaría de Cultura federal montó e inauguró este sábado una exposición en homenaje al mítico fotógrafo de la crónica policiaca mexicana en el primer aniversario de su sentida partida al éter eterno, “un homenaje a su ojo infinito, siempre comprometido con el entorno social y con la esfera de la prensa mexicana”.

El amigo colega no se pudo sustraer a tal acontecimiento, y ayer domingo, acompañado por Silvia, que cuando novios vivió las coberturas dramáticas de las notas policíacas, nos hicimos presentes en el Complejo Cultural Los Pinos, antigua Residencia Presidencial, que alberga con toda dignidad la muestra y que recomendamos ampliamente visitarla.

La crónica del rotativo es de la colega, Elena San José quien bien tituló: “Encontrar belleza en la tragedia: la mirada valiente de Enrique Metinides”.

No es nuestro propósito volver a relatar las peripecias biográficas del “Niño Fotógrafo, baste recordar que, aficionado a la fotografía, y con una “camarita” que le obsequió su padre, se afilió como voluntario ambulante en la Benemérita Institución, desde siempre su ojo de artista le indicaba dónde tomar las fotografías, que en algunas ocasiones fueron testimonios invaluables para las investigaciones ministeriales.

En aquel tiempo de competencia reporteril se formaron grupos, nosotros pertenecimos al que formamos con los colegas de La Prensa, Félix Fuentes Medina y Jorge Herrera Valenzuela; de Excélsior, Silvestre González y Fernando Aranzábal; de Novedades Juventino Chávez y Felipe Bustamante y otros más.

Los compañeros de “El periódico que dice lo que otros callan”, seguramente con más experiencia convencieron a Metinides de ingresar a ese rotativo, su director el inolvidable Manuel Buendía Téllez Girón lo aceptó de inmediato como reportero gráfico -1956 o 1957, así inicia su valiosa vida periodística. Es más, en la exposición, entre otras portadas de “La Prensa”, que ilustró Metinides, se aprecia la foto que le tomó a Jorge Herrera, quien firma la nota respectiva.    

Entre muchas fotografías impactantes, destaca otra con el pie de foto: “Un hombre abraza el cuerpo inerte de una mujer en una ambulancia en Ciudad de México, en 1965”.

A continuación, la reportera nos obsequia este lead de su nota: “El morbo, el rechazo, el miedo o el dolor son compañeros frecuentes de aquellos que presencian la muerte de alguien. El fotógrafo Enrique Metinides (Ciudad de México, 1934-2022) retrató cada uno de los matices que la envuelven y fue más allá: encontró la belleza en cada suceso trágico de la capital mexicana, de la que se convirtió en cronista privilegiado desde que era un niño.

A un año de su fallecimiento, la Secretaría de Cultura federal, junto a la familia del reportero, ha recuperado el importante legado gráfico que dejó tras de sí e inauguró este sábado a las 12.00 una exposición en su honor bajo el título ‘El ojo infinito de Enrique Metinides: sucesos vigentes de la nota policiaca’. La galería se podrá visitar de forma gratuita en el Complejo Cultural Los Pinos, cuenta con 120 fotografías, más de 60 periódicos de la época en la que llevó a cabo su producción y numerosos objetos personales del fotoperiodista”.

“Metinides es el fotógrafo de la muerte pública. La muerte es un fenómeno que casi siempre ha sido privado, porque las creencias, la religión, han hecho que siempre fuera así, pero antes era un hecho público porque formaba parte de la vida misma”, ha reflexionado la subdirectora de Desarrollo Cultural, Marina Núñez, durante la presentación de este sábado. “Este sentimiento original de la muerte es lo que está recuperando el fotógrafo”, ha enfatizado.

El hábitat natural de Metinides eran los hospitales, las comisarías, las zonas de incendios, y desde ahí dejaba constancia de “la pulsión entre el accidente y el crimen, entre la vida y la muerte”, en palabras de Johan Trujillo Arguelles, directora del Centro de la Imagen.

Una de las hijas del fotógrafo, Alexandra Metinides, ha dado la nota más emotiva en la presentación de la muestra: “Yo, sobre todo, lo que quise es que se viera su parte más humana. Él me contaba que muchísimas veces, después de hacer su trabajo, aventaba la cámara dentro de la ambulancia y se ponía a rescatar gente. De ahí traemos muchas fotos de él en acción que son inéditas”, ha contado al borde de las lágrimas. Aproximadamente un tercio de todo el material expuesto ahora es original y es fruto de la intensa investigación llevada a cabo desde que murió.

Sin dudarlo, nos propusimos estar este domingo en la muestra, en la antigua casona presidencial, la experiencia al recordar al entrañable colega Enrique Metinides, es inolvidable, como inolvidable fue su labor reporteril y humana, además de su colmada amistad. In memoriam.