FRANCISCO RENTERÍA ARRÓYAVE, EL INGENIERO QUÍMICO QUE ENTREGÓ SU VIDA A LA INDUSTRIA PETROLERA NACIONALISTA
Por Teodoro Rentería Arróyave
Para martes 31 de enero de 2023
SANTIAGO DE QUERÉTARO, QUERÉTARO. Apenas enterado de la noticia de este triste lunes 30 de enero de 2023, escribí y envié los siguientes pensamientos que se me agolpaban en la mente cuando uno tiene que asimilar la realidad de la vida terrenal.
Con profunda tristeza, les comunico que mi hermano, Ingeniero Químico, Francisco Rentería Arróyave emprendió el viaje al éter eterno a las 11:01 horas. Su labor más destacada fue haber Entregado su vida y sus conocimientos a la Industria Nacionalista Petrolera.
Lo afirmo porque por azares del destino le tocó durante décadas laborar como profesionista y más tarde como jefe en las peligrosas Plantas Piloto, son los equipos experimentales en donde al crudo se le separa el azufre y otros contaminantes para crear las gasolinas.
Fue un experto reconocido y estuvo expuesto a los mayores peligros, las explosiones no dejan ni huellas de las víctimas.
No se habla mucho de los llamados “libros blancos”, donde se registran los estudios y descubrimientos de los científicos petroleros, pero es el caso que todas esas aportaciones que a veces se patentan, el ingeniero petrolero renuncia a todo derecho en favor de esa industria nacional del petróleo.
Se inició como becario en el Instituto Mexicano del Petróleo, IMP, fue de las generaciones que emigraron de la antigua Escuela de Ciencias Químicas a inaugurar, como estudiantes, la entonces flamante Facultad de Química de la Universidad Nacional Autónoma de México, UNAM, en Ciudad Universitaria.
Hace unos meses, el pasado 25 de agosto de 2022, falleció el ingeniero José Alberto Celestinos, su maestro y su guía, no sólo de mi hermano sino de grandes camadas de profesionistas en la directriz de defensa del sistema energético de nuestro México.
Fuimos una familia de cuatro hermanos que formaron nuestros padres el médico y poeta, Fortino Rentería Meneses y María Arróyave Vázquez. Quién lo dijera, quedamos en la brega de la vida, la menor, mi hermana María Isabel, también química, y el autor, el primogénito.
Primero se nos fue el comunicador y radiodifusor, fundador de varias radiodifusoras, Fortino Ricardo. Ahora el menor de los hombres, después de una vida llena saberes y disfrutes que otorga la inteligencia y la preparación.
Nos tuvo muchas veces, como se decía en la familia, con “el santo en la boca”, cuando lo llamaban de PEMEX, para que de inmediato se trasladará a una refinería para arreglar las plantas piloto, le ponían avión y helicóptero para que llegara sin demora a reparar esos indispensables artefactos. Muchos de sus males se debieron a los gases a los que estuvo expuesto.
Por la edad, más que como un hermano como tal, lo sentí como un fraterno al que había que protegerlo, traté de no extralimitarme, la libertad de un ser humano es lo más respetable.
A mi hermano Francisco, siempre lo admiré y lo admiraré en su recuerdo por sus conocimientos, fue un científico de primera línea. Tocaba el piano y la guitarra y cantaba, también estos deleites fueron motivo de estudios, nada de improvisaciones.
Se mantuvo soltero, pero a las cuñadas Silvia y Yolanda, al cuñado Gilberto e Hilda, fueron también sus hermanos, y nos se diga de sus sobrinos, Teodoro y Yenni; Gustavo y Meritxell; Ricardo y Yamile; Raúl y Selene; Julieta Isabel y Jorge; Hilda y Adriana, además de los sobrinos nietos: María José, María Fernanda, Romina, Dominica, Ximena, Santiago, Emilio, Mauro, Aranza, Gustavo y Arnau, por ello mismo en la familia siempre lo recordaremos como “El Tío Paco”.
Un abrazo y un beso perennes hasta donde estés Hermano Amado. In memoriam.