Por Luis Miguel Loaiza
El olvido y abandono que vive Ecatepec por parte del gobierno del Estado de México, tiene una explicación, mejor dicho dos: La primera es que ese municipio del Valle de México votó en su mayoría por delfina Gómez hace tres años y en la elección pasada fue apabullante el triunfo de Morena con Fernando Vilchis como candidato que repetía, pero la otra y la más importante es que el alcalde de Ecatepec ha demostrado, contrario a lo que esperaban muchos, que no es ningún político manipulado o espantado y fue, es y será el único real opositor al gobierno priista estatal.
El trienio pasado la mayoría de presidentes municipales emergidos de Morena, se constituyeron en aplaudidores del gobernador, al igual que muchos diputados de la misma ideología, a excepción del alcalde Fernando Vilchis que defendió desde un principio la autonomía de su municipio y evitó que la policía estatal siguiera abusando de los ciudadanos, al grado de ofrecer recompensas por entregar a esos elementos descubiertos en actos de corrupción, logró un gran paso con ello.
Otro asunto que marcó las antipatías del gobierno hacia el ecatepense fue la férrea defensa del agua potable y desde entonces denunció públicamente la disminución que desde Toluca se indicó respecto al flujo que necesitaba Ecatepec, lo peor es que fue en plena crisis de salud por estar en el pico de la pandemia Sarcov-2 cuando se disminuyó el cauce de agua potable.
Ese problema sigue y ambos gobiernos se defienden con sus comunicados, uno denunciando la falta de agua y otro, argumentando que es mentira, pero lo que no es explicable, es la necedad del sistema estatal de agua potable al asegurar que sí mandan suficiente líquido, cuando en la facturación que emite se estipula perfectamente lo contrario, es decir, podrán asegurar en el papel y en el discurso que cumplen, pero en la forma legal, con el pago del insumo, se demuestra que mienten.
Lo cierto es que la lucha que mantiene Fernando Vilchis para defender a Ecatepec le ha dado resultados positivos para su imagen, tan es así que en la última encuesta ya no solo aparece como uno de los mencionados precandidatos (que ya era ganancia pura), sino que ahora junto con la secretaria federal de educación, Delfina Gómez, encabeza las preferencias para ocupar la titularidad en el palacio de Lerdo.
Obvio que este tipo de sondeos no le gustan a sus detractores y menos a los de su mismo partido, que están comprometidos a impulsar la candidatura del Tlatoani de Texcoco, el senador Higinio Martínez, pero la realidad es que sin buscarlo la misma militancia y otros que no son morenistas, ven con buenos ojos que quien es capaz de defender a su municipio contra viento y marea pudiera ser el nuevo gobernador.
Por lo pronto, en breve Fernando Vilchis encabezará una marcha hacia Toluca y al irse caminando con la gente atraerá los reflectores y las simpatías de muchos mexiquenses que buscan tener representatividad y no la pasividad de sus alcaldes ante los designios del señor gobernador. La mesa está puesta, ojalá no haya malos cocineros.
