Por Luis Miguel Loaiza
- Condenadas a Desaparecer Microempresas periodísticas en Edomex
Cuando es tiempo de campaña los periodistas son los “mejores amigos” de los candidatos, su cobertura es lo primordial y hasta sus números particulares dan para estar más en contacto, al llegar al poder pocos son los que recuerdan eso, pocos recuerdan que los periodistas estuvieron en sus engorrosos eventos bajo calor sofocante, lluvia, polvo y demás, pocos recuerdan que los comunicadores gastaron sus propios recursos para moverse y cubrir la nota, que desgastaron sus vehículos, sus equipos de fotografía y video y menos recuerdan las promesas que hicieron para mejorar el estatus de vida de un reportero.
Este es el caso concreto del gobernador Alfredo del Mazo Maza, quien no solo era amigo de toda la prensa estatal y especialmente de la regional, le convenía que los medios locales hablaran de todo aquello que, supuestamente, realizaría en bien de los mexiquenses, poco o mucho eso sirvió para que por una mínima diferencia el PRI le arrebatara el triunfo a Morena y su candidata texcocana.
Una de las principales promesas del entonces candidato a la gubernatura era impulsar la Ley de Protección a Periodistas, en cuanto llegó al poder, se olvidó de todo, incluyendo de la Ley, misma que prometió con su firma, ahora sabemos que no tiene validez el que haya hecho eso.
Pero si al gobernador no le interesó la seguridad de los cientos de periodistas mexiquenses, menos le interesaría mejorar su nivel de vida o, por lo menos, mantenerlo como lo habría hecho su familiar Enrique Peña Nieto cuando gobernó el Estado de México.
Al sentarse en la silla de gobierno, Alfredo del Mazo dio continuidad a la política de su antecesor de acabar con la prensa regional y con los periodistas que se atrevieran a criticar o señalar errores administrativos, no solo ejerciendo su poder de coptar mediante la publicidad oficial, sino convirtiendo al reportero en un mero ente de adorno a sus eventos.
Continuó con la política de acarreo desde las diferentes regiones para llevar a los comunicadores a los eventos para encerrarlos en un corral exclusivo y dejarlos atados de manos evitando entrevistas o cobertura profesional.
Hoy con la pandemia y las medidas extremas que ha tenido que establecerse en nuestro país y Estado, más de 800 microempresas de periodismo que generan empleo, por lo menos a 5 familias cada una, que paga impuestos y que sigue informando bajo un lastimero estado de sobrevivencia al guardar la cuarentena, están destinados a una miseria ofensiva y de nada sirven los discursos que el titular del ejecutivo ha dicho sobre apoyo a las empresas, pues para él las microempresas periodísticas no son importantes, por lo menos eso muestra en la actitud.
Son cerca de 5 mil mexiquenses que viven en el espacio periodístico que fueron olvidados por Alfredo del Mazo al ya no ser útiles para sus fines políticos: Reporteros, editores, impresores, diseñadores, lamineros, repartidores, oficinistas, fotógrafos, camarógrafos y toda persona que de manera directa o indirecta viven dentro del fascinante mundo del periodismo estatal o regional fueron abandonados a su suerte ahora que no hay posibilidades de buscar alternativas fuera de la publicidad oficial.
Esto ha sido siempre, pero deseábamos que Alfredo del Mazo fuera diferente, a su equipo de prensa no le importa, pero la cabeza es el gobernador y los empleados hacen lo que se les indica, ya veremos que depara al gremio periodístico más adelante, pero por el momento, quienes están encerrados por el CONAVID-19 estarán lamentando haber confiado en quien no debían.